«La grandeza nace de pequeños comienzos»
Bienvenido a La Hermandad, la newsletter de Fitness Real.
Una newsletter dedicada exclusivamente a ayudarte a alcanzar la persona que sabes que puedes llegar a ser.
Espero que la disfrutes, que aprendas y que luego lo pongas en práctica.
Y gracias de corazón por estar ahí una semana más.
¡Empezamos!
Ya estamos en 2024, y como cada principio de año me gusta hacer una revisión del año que ha finalizado y también hacer una planificación de objetivos para el siguiente.
ÉXITOS DEL 2023
- He lanzado «Atrévete a ser más», mi primer libro con una editorial y una obra que llevaba en mi cabeza más de 5 años. Estoy extremadamente satisfecho con el trabajo que he hecho y el feedback que recibo del mismo es fantástico.
- He tenido algunas conversaciones incómodas, pero muy necesarias. Eso me ha permitido estrechar lazos con varias personas muy importantes para mí. También me ha permitido cortar lazos con otras con las que nuestros caminos se habían separado. Y me he dado cuenta que no pasa nada. La vida es así.
- He acabado el año mejor de lo que lo empecé. Y eso ha sido un auténtico logro, porque ha habido momentos que no veía la luz al final del túnel. Este último año ha sido el más complicado de mi vida con diferencia, y cuando haya podido procesar correctamente todo lo sucedido os hablaré de él.
- He podido extraer muchas lecciones a lo largo de estos últimos 12 meses que me han permitido mejorar drásticamente como persona y que creo que os pueden servir. Pero hoy no es el día.
- He pedido ayuda cuando he visto que yo solo no podía con todo. Y es algo que me ha costado mucho, por cierto. También he pedido perdón de corazón cuando ha sido necesario. Y este año lo ha sido unas cuantas veces.
- He creado el Arco de Invierno, mi primer proyecto enfocado 100% al desarrollo personal. Y la aceptación que ha tenido ha sido increíble (95% de las plazas cubiertas en menos de 48 horas), lo cual me indica que estoy yendo por buen camino. Es la prueba que necesitaba para poner toda la carne en el asador en esta nueva etapa de mi proyecto.
- Me he tomado unos días de vacaciones, tanto en verano como en Navidad para disfrutar de la familia todo lo posible y aparcar el trabajo. Algo impensable hace años y por lo que no he sentido ni un solo remordimiento.
OBJETIVOS PARA ESTE 2024
Si simplifico todo lo que quiero de este próximo año en una sola palabra…esta es «serenidad». Otros años la palabra que los definía era «trabajo», «disciplina», «legado», «paternidad» o, hace muchos años, «dinero» o «físico».
Este año… busco serenidad.
Busco quietud.
Busco tranquilidad y paz.
Tras este último año todo mi ser me pide con ansia que haya serenidad a mi alrededor y, sobre todo, dentro de mí. Al final, esto último es lo que en realidad importa. La serenidad, en el fondo, no es solo una sensación de calma absoluta, si no la capacidad de mantener la quietud y el equilibrio a pesar de las tormentas que hay fuera.
Y eso es lo que mi cuerpo, mi mente y mi alma me piden.
Y para lograr eso, una de las cosas que voy a hacer es simplificar mi vida al máximo. Me voy a centrar en detectar qué es lo importante y relevante para potenciarlo, y a la vez voy a desprenderme de todo lo que no me sume, no me aporte, no me llene o no esté alineado con lo que de verdad quiero hacer y lograr en mi vida.
Quiero disfrutar de mi tiempo con la familia, con mis hijas, con mis seres queridos y conmigo mismo sin tener la mente ocupada en lo que «debería estar haciendo».
También dedicar tiempo a explorar mi vertiente más creativa. Desde hace años que esta parte de mí la tengo muy aparcada por causas de «fuerza mayor». O eso creía yo. Pero tengo ganas de expresarme a través del dibujo, de la pintura, del bricolaje, de la música e incluso de la escritura (aunque esto último lo hago cada semana…)
Y por último, quiero leer más ficción. Llevo casi 4 años leyendo ensayos sin parar y me apetece mucho abrir un libro que me cuente una historia y que me haga perder entre sus páginas. Si tenéis recomendaciones, son más que bienvenidas 😉
Sobre Fitness Real, no quiero ser demasiado específico, la verdad. Voy a cambiar mi enfoque respecto a años anteriores en cuanto a establecer objetivos laborales. Este año fluiré. Tengo muchas ganas, pero no albergo ambición ni expectativas.
Tengo algunas ideas en la cabeza muy interesantes y que me llenan de ilusión, pero dejaré que todo vaya por dónde tiene que ir. Me limitaré a seguir la corriente y disfrutar de las vistas.
Un año más, gracias por estar ahí, por seguir andando conmigo, por acompañarme a lo largo de la senda y por leer lo que escribo.
Espero poder aportarte tanto o más que el año que finalizó hace un poco más de una semana.
Empezamos un nuevo año en «La Hermandad», y la primera pregunta que te planteo para este 2024 es la siguiente:
¿Qué te ha traído este 2023 por lo que sientes gratitud?
¿Qué palabra o concepto representa lo que quieres conseguir este año?
¿Qué 3 acciones vas a implementar (o dejar de hacer) para acercarte a ese objetivo que tienes en mente para este año?
Es un trabajo fantástico para ganar claridad y foco y que he hecho con muchos clientes de mentorías, y nada mejor que hacerlo a principios de enero para encarar el año debidamente.
Como siempre, me encantará leer tu respuesta. Puedes mandármela desde aquí.
Ya sabes que puedes enviármela respondiendo a este correo.
Las leo todas ^^
Como ya sabes, me gusta mucho el estoicismo, y he sacado muchos aprendizajes de esta filosofía que han mejorado significativamente mi vida en los últimos años y me han permitido enfrentarme a los golpes de la vida con una mayor entereza.
Hay dos problemas con el estoicismo. El primero es que la gente no sabe realmente qué es. Se cree que significa no tener emociones y estar serio todo el rato. Para nada.
El otro problema es que se ha vuelto una especie de moda de Instagram, y parece que poniendo 4 frases de Marco Aurelio por redes sociales ya te las das de estoico. Pero no, el estoicismo es una filosofía de vida que cuesta mucho aplicar y respetar sus principios. Es un trabajo constante y complicado, pero que tiene sus recompensas.
Si quieres saber qué es el estoicismo, esta charla de Massimo Pigliucci, autor del gran libro «Cómo ser un estoico» me parece una fantástica introducción a las enseñanzas de esta filosofía.
Muy recomendado.
«Una historia china habla de un anciano labrador, viudo y muy pobre, que vivía en una aldea, también muy necesitada.
Un cálido día de verano, un precioso caballo salvaje, joven y fuerte, descendió de los prados de las montañas a buscar comida y bebida en la aldea.
Ese verano, de intenso sol y escaso de lluvias, había quemado los pastos y apenas quedaba gota en los arroyos. De modo que el caballo buscaba desesperado comida y bebida, y fue a parar al establo del anciano labrador.
El hijo del anciano oyó el ruido de los cascos del caballo en el establo, y al ver que un magnífico ejemplar había entrado en su propiedad, decidió poner la madera en la puerta de la cuadra para impedir su salida.
La noticia corrió a toda velocidad por la aldea, y los vecinos fueron a felicitar al anciano labrador y a su hijo. Era una gran suerte que ese bello y joven caballo se hubiera metido en su establo, ya que comprarlo hubiera supuesto una auténtica fortuna.
Cuando los vecinos del anciano se acercaron para felicitarle el labrador les replicó: “¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!”. Los vecinos no entendieron a qué se refería.
Al día siguiente el caballo, ya saciado y descansado, logró saltar la valla de un brinco y regresó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano labrador se acercaron para lamentar su mala suerte, éste les respondió: “¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¡Quién sabe!”. Ellos seguían sin entender al anciano.
Una semana después, el joven y fuerte caballo regresó de las montañas trayendo consigo una caballada inmensa y llevándolos, uno a uno, a ese establo donde sabía que encontraría alimento y agua para todos los suyos. Hembras jóvenes en edad de procrear, potros de todos los colores, más de cuarenta ejemplares seguían al corcel que una semana antes había saciado su sed y apetito en el establo del anciano labrador. ¡Los vecinos no lo podían creer!
De repente, el anciano labrador se volvió rico de la manera más inesperada. Su patrimonio aumentó y los vecinos felicitaron al labrador por su extraordinaria buena suerte. Pero éste, de nuevo les respondió: “¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!”.
Los vecinos, ahora sí, pensaron que el anciano no estaba bien de la cabeza. Era indudable que tener, de repente y por azar, más de cuarenta caballos en el establo de casa sin pagar un céntimo por ellos, solo podía ser buena suerte.
Pero al día siguiente, el hijo del labrador intentó domar precisamente al guía de todos los caballos salvajes. Si lograba domarlo ninguna yegua ni potro escaparían del establo. Teniendo al jefe de la manada bajo control, no había riesgo de pérdida.
Pero ese corcel no se andaba con chiquitas, y cuando el joven lo montó para dominarlo, el animal se encabritó y lo pateó, haciendo que cayera al suelo y recibiera tantas patadas que el resultado fue la rotura de huesos de brazos, manos, pies y piernas del muchacho.
Naturalmente, todo el mundo consideró aquello como una verdadera desgracia. No así el labrador, quien se limitó a decir: “¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¡Quién sabe!»
Unas semanas más tarde el ejército entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Pero cuando vieron al hijo del labrador en tan mal estado, le dejaron tranquilo, y siguieron su camino.
Los vecinos que quedaron en la aldea, padres y abuelos de decenas de jóvenes que partieron ese mismo día a la guerra, fueron a ver al anciano labrador y a su hijo, y a expresarles la enorme buena suerte que había tenido el joven al no tener que partir hacia una guerra que, con mucha probabilidad, acabaría con la vida de muchos de sus amigos.
A lo que el longevo sabio respondió: «¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!».
PREGUNTA:
Víctor ¿Qué puedo hacer para que no me importe lo que el resto opine de mí?
RESPUESTA:
Primero déjame decirte que es completamente normal que sientas eso. A todos nos pasa, y los que dicen que no les importa nada…mienten. Como bellacos. Dicen lo que queda bien decir, lo que les hará parecer gente muy segura de sí misma y digna de admiración.
Pero la realidad es que tenemos integrado en el sistema operativo que nos importe la opinión de los demás, ya que a nivel evolutivo ser expulsado del grupo significaba la muerte con toda seguridad. Por lo tanto, a cierto nivel equiparamos el rechazo a la muerte.
Establecer buenas relaciones y que los demás integrantes de tu grupo tengan una buena opinión de ti representaba un aumento dramático de las posibilidades de supervivencia.
De hecho, recuerdo un estudio (que no he podido encontrar, por desgracia) en el que se observó que las personas que decían con más convicción que no les importaba la opinión de los demás eran a los que, paradójicamente, más les importaba. No me sorprende en absoluto.
¿No crees que es normal que te importe la opinión de tus padres?
¿De tus hijos?
¿De tu pareja?
¿De tu mejor amigo?
Porque yo creo que sí es normal.
Y me atrevería a decir que recomendable, además.
El problema viene cuando te importa lo que todo el mundo piensa de ti. Y, además, cuando te importa demasiado. Tanto que eres incapaz de hacer lo que verdaderamente crees que debes hacer simplemente para encajar dentro de las expectativas que las demás personas tienen de ti.
Ahí tenemos un conflicto.
Y supongo que a eso te refieres cuando me has hecho esta pregunta.
¿Qué puedes hacer para reducirlo? Aquí tienes una pequeña lista de consejos.
BUSCA ALGO IMPORTANTE
Mark Manson decía que si te importa demasiado lo que los demás piensan de ti es que no tienes nada verdaderamente importante en tu vida a lo que darle importancia. Y estoy bastante de acuerdo.
Cuando encuentres o construyas algo que verdaderamente te importa, que es un pilar fundamental de tu existencia y que pase por encima de las opiniones de otras personas, habrás dado un paso de gigante hacia una vida mejor vivida.
AUMENTA EL VALOR QUE LE DAS A TU PROPIA OPINIÓN.
Cuando te importa demasiado la opinión de los demás normalmente es un indicativo claro de que la tuya propia no pasa por delante. Y eso es un problema. Si quieres dejar de sentirte bloqueado por lo que crees que los demás piensan de ti, empieza a valorar tu propia opinión.
Y eso lo logras empezando a valorarte a ti mismo debidamente. Al hacerlo, verás como la importancia que le das a las opiniones ajenas se atenúa con el tiempo.
PROFUNDIZA
La gente va a opinar, dudar, cuestionar y criticar lo que haces. Pero si lo que haces y lo que crees está arraigado en tus valores, es muy probable que todas esas críticas no hagan mella en ti. O, al menos, no calen tan hondo como lo harían si actuaras sin ningún tipo de congruencia con tus valores y principios más profundos.
PON PERSPECTIVA
Una vez sabes que tu cerebro está programado para que le importe lo que los demás piensen de ti, tienes media batalla ganada. Sabes que tu cerebro te envía inputs, pero estos no tienen por qué ser ciertos, útiles o necesarios.
Piensa si realmente valoras y te importa la opinión de esa persona o, por el contrario, te estás dejando llevar por la inercia de tu cerebro. A mí me ayuda mucho plantearme si respeto a esa persona, si ha logrado lo que yo quiero alcanzar o si está viviendo la vida que yo quiero tener.
De no ser el caso, eso me permite racionalizar mucho la situación y desapegarme mucho de su opinión y evitar que infecte mi mente.
ACEPTA
Hay gente a la que jamás podrás complacer. Nunca podrás cambiar su opinión respecto a ti o lo que haces. Siempre estarán de culo, siempre encontrarán algo que criticar, siempre tendrán algo malo que remarcar. Y eso está bien. No pasa nada.
Es algo que no puedes controlar. Y como tal, es algo que no merece tu energía, tu atención ni tu tiempo. Requiere trabajo, pero es una habilidad que se puede desarrollar.
CAMBIA DE AMBIENTE
Lo bueno que tiene el mundo moderno es que hay una oferta ingente de personas a las que puedes acceder y con las que te puedes relacionar. Antaño nuestro círculo de influencia era relativamente pequeño, pero hoy en día podemos encontrar a personas que sean mucho más afines a nosotros, a nuestros objetivos, a nuestra manera de entender la vida, de funcionar, de pensar, de actuar.
Por lo tanto, si estás rodeado de gente que no para de darte la brasa con sus opiniones de mierda…pues tal vez es el momento de buscar un nuevo entorno que te estimule a ser la persona que puedes ser.
¡Espero que te haya servido!