«La grandeza nace de pequeños comienzos»

Bienvenido a La Hermandad, la newsletter de Fitness Real.

Una newsletter dedicada exclusivamente a ayudarte a alcanzar la persona que sabes que puedes llegar a ser.

Espero que la disfrutes, que aprendas y que luego lo pongas en práctica.
Y gracias de corazón por estar ahí una semana más.

¡Empezamos!

El fin de semana pasado ocurrió algo que me puso muy feliz.
Y quiero compartirlo contigo en La Hermandad de hoy.

Para que valores lo que tienes, si es que lo tienes.
Y para que, si aún no lo tienes, hagas todo lo posible por lograrlo. Y cuidarlo.

Me explico.

Hace unas semanas, en el Preguntas y Respuestas semanal, me preguntaron si se puede vivir una vida plena sin tener pareja. Y contesté que no.

Obviamente puedes tener una muy buena vida sin pareja, no me malinterpretes, pero si entiendes una vida plena como una vida en la que cada uno de sus apartados posibles existe en su máxima expresión…creo que no.

La pareja es un apartado importante en la vida.
Muy importante, de hecho.
No creo que discrepemos en eso.

De todas maneras, de la misma manera que pienso que no se puede tener una vida plena sin pareja, tampoco creo que se pueda lograr esa vida plena sin amigos.

Sin buenos amigos, claro.

La amistad es otro de esos apartados vitales que debe estar bien cubierto.
Porque una vida con malos amigos es un estercolero.
Una vida sin amigos puede tener sentido (y es preferible a estar rodeado de mala gente) si los demás apartados de tu existencia están a la altura.

Pero una vida con buenos amigos está a otro nivel.
Solo aquellas personas que están bendecidas con estas personas a su alrededor son capaces de entender hasta qué punto esta última afirmación es cierta.

En este apartado, soy afortunado.
Tengo pocos amigos, pero los que tengo…me multiplican.

Y este fin de semana ocurrió una de las cosas que más felicidad me ha aportado en los últimos tiempos.

Mi mejor amigo, junto con su mujer y su hijo, se han ido de Barcelona y se han mudado al pueblo en el que vivimos mi familia y yo desde hace casi 4 años.

Ahora vivimos a 10 minutos y nuestras familias podrán crecer juntas.
Y eso me llena de felicidad.
Me dibuja una sonrisa en la cara.
Desde este fin de semana pasado la vida es un pelín mejor.

A él lo conozco desde que tenemos 4 años.
Nos encontramos la mañana del primer día de parvulario, y curiosamente tengo un recuerdo claro de aquél día.

Yo estaba solo en el patio, y tenía entre las manos un muñeco de Batman.
Él vino a mi lado y me preguntó «¿Quieres ser mi amigo?»
Yo le dije que sí y desde entonces siempre nos hemos tenido el uno al otro.

De hecho, al siguiente año de parvulario nos separaron y, de lo mucho que la liamos y nos rebotamos, nos volvieron a juntar. Vaya par estábamos hechos…

Y de repente han pasado 34 años y aquí seguimos. La vida nos ha separado algunas épocas, pero siempre nos hemos vuelto a encontrar. Lo siento como el hermano que nunca he tenido, y de hecho para mis hijas él y su mujer son sus tíos.

Como pasa el tiempo…y qué fantástica es la vida cuando miras hacia atrás y te maravillas de todo lo que has recorrido.

Llevo queriendo hacer esta newsletter y hablar de esto desde hace 2 meses, cuando la idea de la mudanza estaba a punto de convertirse en una realidad, pero he esperado a que hubiera terminado para tener tiempo a reflexionar y a ordenar mis ideas.

¿Sabes qué valoro más de él?

Que siempre ha estado en los momentos malos.
Que siempre ha puesto las cosas fáciles y que ha habido muy pocos conflictos reales entre los dos.
Que no hay lugar para el drama innecesario.
Que nunca ha usado mis momentos más vulnerables como munición.
Que siempre, SIEMPRE, se ha alegrado por mí cuando me ha ocurrido algo bueno.
Que si lo conociera hoy lo apreciaría igual.

Y son cosas que te debes plantear con tu círculo cercano.
Con tus supuestas amistades.

¿Puedes mostrarte tal y como eres sin ninguna barrera ni máscara?
¿Puedes sincerarte y no tienes miedo a que se aprovechen de lo que les cuentes?
¿Les puedes contar buenas noticias y sabes que tendrán una sonrisa genuina de vuelta?
¿Estás a su lado porque te llenan?
¿O simplemente porque no quieres estar solo?
¿O lo haces por inercia, ya que son los amigos «de toda la vida»?
¿Si los conocieras hoy querrías ser su amigo?

Son preguntas difíciles, pero necesarias.
Porque un buen amigo es un bálsamo.
Y un mal amigo es como una piedra atada a tu tobillo.

Amigos hay pocos.
No te engañes.
Hay muchos compañeros, conocidos, colegas…pero lo otro está a un nivel distinto.

Si tienes uno de esos, te pido que lo valores como toca. No lo des por sentado. No dejes pasar una oportunidad para cuidar esa relación como se merece, porque vale oro.

Y obviamente, pregúntate si estás ofreciendo lo que pides de una amistad. Todo el mundo quiere buenos amigos alrededor, pero pocas personas se preguntan si ellas mismas lo son.

Muchas veces nuestro entorno es un fiel reflejo de la persona que somos, por lo que siempre está bien hacer un buen trabajo de introspección salvaje para valorar si el problema, más que afuera, lo tienes dentro.

Una buena amistad es un tesoro.
Y es una pieza fundamental para tener una vida plena.

Espero que la logres.
Y si la tienes, espero que la cuides.
Porque vale la pena.

La pregunta de esta semana es más bien una acción que te recomiendo que hagas. De verdad, no la dejes pasar.

Cuando has leído la reflexión es probable que te haya venido a la cabeza alguien. Una persona en concreto que representa todo lo que te he explicado en el apartado anterior. ¿La tienes en la mente?

Bien, pues la tarea que te propongo esta semana es la siguiente:

«Escribe un texto diciéndole a la persona lo que significa para ti. Explícale por qué valoras su amistad, qué te aporta, cómo te hace sentir y por qué te hace ser mejor. Y luego mándaselo. O díselo en persona».

Puedes compartir tu texto con La Hermandad, pero si quieres puedes ir un paso más allá.

Puedes compartir también su respuesta con toda la comunidad.

Creo que es uno de los ejercicios más bonitos que he propuesto hasta la fecha, y tengo muchas ganas de leer las historias que salen de aquí.

Si quieres participar en esta tarea, simplemente contesta a este correo con lo que has escrito.
Los leo todos.

—————————————–

La semana pasada os pregunté lo siguiente: «¿Qué momento de tu vida te pareció un obstáculo tremendo pero que, más adelante, entendiste que fue necesario para poder llegar a un punto de alegría o fortaleza posterior?»

Y menudas respuestas….Los pelos de punta.

Félix comenta:
«He tenido dos obstáculos bien grandes en mi vida. El segundo fue el más duro pero me hizo tan fuerte como Guts (he empezado a leerlo por tu insistencia, ya he leído el eclipse, tremendo).

Mi madre decidió que la opinión de su marido, ahora exmarido, era más importante que la mía. Este me echó de casa sin motivo y ella no quiso defenderme. Ese día estaba dispuesto a dormir en la calle si hacía falta, pero mi novia de entonces, ahora mi mujer, me acogió. Sus padres me dieron una cama y cobijo durante todo un año, para que encontrara trabajo y me estabilizara».

Carmen explica:
«Mi mayor obstáculo fueron los 4 años opositando en los que sacrifiqué muchas cosas. No tuve vacaciones, perdí amigos y parejas y mi vida consistía en estudiar y trabajar en vacaciones. Meses después conseguí plaza y a día de hoy estoy trabajando en un sitio que me gusta y con unos compañeros geniales.

Hoy puedo mirar atrás y darme cuenta que todo ese esfuerzo mereció la pena, que las personas que se fueron han dejado paso a personas maravillosas y que las que siempre me apoyaron siguen haciéndolo a día de hoy».

Jon dice:
«Mi mujer yo nos independizamos hace casi dos años. Nos mudamos a un piso en una ciudad y con su contrato y mi beca en investigación íbamos de cine.

Pero al acabar el año, ella estaba sin trabajo y mi beca se acabó, por lo que tuvimos que tomar una decisión: o bien alquilar un piso en la ciudad de la que somos, donde viven nuestra familia y amigos pero no teníamos ninguna perspectiva de futuro y de trabajo, o bien irnos al norte de España, a una ciudad con mucha más perspectiva de futuro.

El problema era que en esta segunda ciudad, con nuestros ahorros, teníamos solo para 6 meses, por lo que nadie creía en nosotros y pensaban que nos volveríamos con el rabo entre las piernas.

Nos la jugamos, alquilamos una habitación en un piso en el que éramos 6 personas y pusimos toda la carne en el asador. La convivencia era una mierda y el tener que encontrar trabajo sí o sí era un agobio, pero como que la suerte se busca, aquí estamos.

Hace poco nos mudamos a una casa en un pueblo precioso, a 5 minutos de la playa y muy cerca de nuestros trabajos en la ciudad. Estoy seguro que si no hubiésemos tenido esos meses de mierda, de incertidumbre, de ver que el dinero se iba agotando, no seríamos tan agradecidos ahora mismo con nuestra situación actual».

GRACIAS mayúsculas a todos por vuestras respuestas.
Ha sido increíble leeros y aprender de vosotros.

Me gusta Batman.
Y, sobre todo, me gustan los vídeos, libros y artículos que desarrollan el personaje y lo analizan en profundidad.

Si también te gusta lo que te he comentado arriba, este vídeo de Jordi Maquivello te encantará.
100% recomendado y para disfrutar con calma, porque hay mucha chicha en el mismo.

PREGUNTA:
Víctor ¿Cómo puedo parar el vicio que le estoy cogiendo al móvil?

RESPUESTA:
Esto que te voy a contar en realidad no es exclusivo del móvil, si no a cualquier actividad que no seas capaz de gestionar y que notes que no tienes el control sobre la misma que desearías.

Es decir, hablaré del móvil pero los principios que te comentaré los puedes extrapolar a la comida, a los videojuegos o a la pornografía, entre otras.

Creo que el consejo más importante que te puedo dar al respecto es que entiendas que este uso viciado suele tratarse de un mecanismo que has desarrollado para evadirte de algo que no te gusta.

Normalmente ese algo es una emoción que no te resulta agradable, a la que no quieres enfrentarte y te buscas una vía de escape que te genere una distracción y un placer inmediato y cortoplacista.

Mira, te cuento un ejemplo personal.

Una vez al mes tenemos que llevar a mi hija al hospital para que le hagan una revisión completa, ya que debido a su enfermedad la tienen que controlar de forma constante para evitar que la situación se complique innecesariamente.

Ir al hospital me genera mucho malestar.

Desde que entro en el parking del mismo ya me asaltan los recuerdos de aquél 9 de agosto de 2022, en el que mi mujer y yo fuimos para que nos dieran la peor noticia de nuestras vidas.

La consulta donde revisan a nuestra hija me asfixia.
El olor a productos médicos y de limpieza me saturan las fosas nasales.
Las paredes se me echan encima.
La espera entre médicos se me hace eterna.
El calor que hace en verano es agobiante.
La poca cooperación de mi hija, que tampoco quiere estar ahí, no ayuda.

Y un día me di cuenta que cada vez que entraba en el hospital estaba aferrado al móvil.
Constantemente.
Lo miraba a cada instante.

Yo no soy una persona que tenga una dependencia al móvil, pero cuando estoy ahí me doy cuenta que tiendo a estar con los ojos clavados en la pantalla todo el rato.

Y ahí radica la clave del asunto.
Estoy utilizándolo para evadirme de todas esas sensaciones de mierda que experimento cuando estoy encerrado entre esas 4 paredes.

Y probablemente a ti también te ocurre lo mismo, solo que no te has dado cuenta.

Te propongo algo:

La próxima vez que tengas el móvil en la mano a punto de usarlo reflexiona sobre la razón que te está llevando a usarlo. ¿Tienes un motivo? ¿Un objetivo claro?

De no ser el caso, evalúa como te estás sintiendo en ese momento y probablemente descubrirás que te sientes nervioso, ansioso, estresado, aburrido o de alguna manera que no te es placentera. Y, por lo tanto, buscas una vía de escape.

Una vez eres consciente de eso y haces esa conexión, se vuelve todo mucho más sencillo.

Porque la clave de todo es aprender a sentarte con las emociones desagradables y entender que no pasa nada por sentir esa incomodidad, porque si te mantienes calmado y dejas de luchar contra ellas, poco a poco se irán desvaneciendo.

Y cuanto más lo hagas, mejor te volverás en regularte, por lo que cada vez necesitarás menos distracciones vacías para evadirte de ti mismo.

Obviamente luego hay que buscar el origen de esas emociones y encontrar una solución que ataje el asunto de raíz, pero eso se escapa del tema de esta newsletter.

Pruébalo y me dices.
Estoy seguro de que si lo haces, mejorará la situación.
No es fácil, pero sí que es efectivo.

Mucha fuerza.

«Una buena vida no es aquella libre de problemas. Es aquella en la que disfrutas solucionando los problemas que tienes».
Mark Manson
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Publicado el 18 de julio de 2024Categorías: La Hermandad0 Comentarios on LA HERMANDAD – 18 de julio de 2024

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Sobre el autor: Víctor

Me llamo Víctor y soy el creador de fitnessreal.es Llevo más de 12 años en el gimnasio y si de algo me he dado cuenta es que en el mundo del gimnasio y la nutrición lo que más abunda es la desinformación y los mitos absurdos. Por eso creé Fitness Real, para ayudar a la mayor cantidad de gente posible a no cometer todos los errores que yo sí he cometido y hacer más sencillo y gratificante un camino de por sí plagado obstáculos y sacrificios, pero aún así increíble y lleno de satisfacciones.

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