«La grandeza nace de pequeños comienzos»

Bienvenido a La Hermandad, la newsletter de Fitness Real.

Una newsletter dedicada exclusivamente a ayudarte a alcanzar la persona que sabes que puedes llegar a ser.

Espero que la disfrutes, que aprendas y que luego lo pongas en práctica.
Y gracias de corazón por estar ahí una semana más.

¡Empezamos!

Anteayer llevamos a mi hija a la peluquería a cortarse el pelo.

Ya sabes que suelo hacer reflexiones de cosas aparentemente cotidianas pero que acaban teniendo mucha más miga de lo que parece a simple vista. Y lo del corte de pelo puede parecer una parida, pero para mí fue un momento importante.

¿Quieres saber por qué? Sigue leyendo.

Y aviso que me voy a poner un poco sensible porque este tema me toca «la patata». La paternidad crea un sentido de propósito como pocas cosas en mi vida, y ha sido uno de los motores de cambio y crecimiento más grandes de mi vida.

Vamos a ello.

Obviamente no es la primera vez que mi hija se corta el pelo, pero hasta ahora siempre ha sido por decisión nuestra. Ella tiene un pelo increíble. Largo, liso, brillante y con las mechas rubias, que son vestigios de cuando era más pequeña y tenía todo el pelo completamente dorado.

A medida que le ha ido creciendo el pelo todas sus raíces se han ido oscureciendo y eso hace que tenga unas mechas californianas naturales. Ya te digo, un pelo precioso y que me encantaría tener yo.

Hasta ahora la llevábamos a cortarle las puntas cuando hacía falta sanearlas, pero siempre se lo dejábamos largo porque a mi mujer y a mi nos encantaba que tuviera el pelo largo. Le queda fenomenal.

Pero esta vez ha sido diferente.

Esta vez ha sido mi hija la que ha querido cortarse el pelo. Y no solo las puntas, si no que ha querido cortarse un buen cacho del mismo y no ha aceptado un «no» por respuesta. Ha pasado de tener el pelo por debajo de media espalda a tenerlo un poco por debajo de los hombros.

Y este ha sido uno de esos ejemplos claros de que, en realidad, hay algo más detrás de ese corte de pelo.
Es una muestra clara de que mi hija…está creciendo.
A toda ostia, además.
Está empezando a querer tomar decisiones y empieza a buscar esa autoafirmación más que necesaria para madurar.

Mi hija pequeña tiene dos años. La edad que tenía la mayor cuando nos fuimos de Barcelona y nos mudamos al pueblo en el que vivimos ahora, por lo que muchas de las cosas que hacemos con ella ya las hemos hecho con su hermana. Usa mucha de su ropa, va a la misma guardería, tiene los mismos juguetes, el mismo carro…

Es una sensación constante de dejavú.

Y a veces cuando veo a la pequeña junto a su hermana…me entra un nudo al verla tan mayor. Tan alta. Tan bonita. Y me vienen preguntas a la cabeza que querría hacerle.

¿En qué momento tus piernas se han vuelto tan largas?
¿En qué momento has aprendido a hablar y razonar de esta manera?
¿En qué momento has desarrollado esta curiosidad tan genuina?
¿En qué momento has empezado a tener tus propios gustos, preferencias, opiniones y manías?

¿¿¿En qué momento has crecido tanto???

Y luego viene la pregunta más importante que me hago a mi mismo:
¿He aprovechado bien la etapa que ya ha pasado?

Mira, si la paternidad te enseña algo de forma inequívoca es que la vida avanza. Y de forma muy rápida. A veces va tan rápido que si parpadeas demasiado te la pierdes. Y más te vale haber estado presente.

La paternidad, además, te enseña que la vida está llena de últimas veces, y que nunca sabes cuando llegarán.

La última vez que tus hijos tienen una sonrisa sin dientes.
La última vez que dicen mal esa palabra de forma entrañable.
La última vez que te piden que los subas a hombros.
La última vez que querrán que les leas un cuento.

Pero es importante entender que esa tristeza, esas despedidas constantes y esa sensación de añoranza en el fondo son muy bonitas, porque significa que están creciendo. Que se están convirtiendo en sus propias personas, capaces de tomar sus propias decisiones.

Es una señal de que la vida, tal y como tiene que ser, está ocurriendo frente a nuestros ojos.
Y la respuesta a eso no debe ser el miedo ni aferramiento, simplemente la aceptación plena.

Estas últimas veces, además, son la antesala de muchas «primeras veces» increíbles, que te puedes llegar a perder si te quedas demasiado enganchado en lo que fue, en vez de valorar lo que es y abrazar lo que será.

Las despedidas son tristes. De eso no hay duda.
Los cambios a veces son difíciles de aceptar. Tampoco rebatiré eso.

Pero forman parte de la vida y, de alguna manera, la dotan de un sentido mucho más profundo que si todo se mantuviera siempre estático. Escuché una frase que decía lo siguiente: «no podemos controlar el viento, pero sí que podemos ajustar las velas».

Mi hija se quería cortar el pelo, y se lo cortó tanto que ya no queda rastro de esas mechas rubias que tanto me gustaban. Ahora es castaña. Ahora técnicamente ya no la puedo llamar «rubia» (seguiré haciéndolo, me da igual)

¿Pero sabes qué? Sigue siendo preciosa y le queda estupendo, y es mi trabajo aceptar que el pelo es el principio, y que poco a poco cada vez irá reclamando más apartados de su vida para ser ella la dueña de la misma.

Lo máximo que puedo hacer es enseñarle algunas cosas a lo largo del camino, soltar la riendas y estar a su lado. Siempre.

Y con esta idea de que las despedidas son tristes, pero a la vez bonitas y que dan pie a otros caminos increíbles…no se me ocurre una mejor manera de despedir La Hermandad tal y como está ahora.

Lo dije la semana pasada y lo digo una vez más´.
Ha sido un auténtico placer poder estar con todos vosotros durante más de 150 semanas.
Qué viaje….

Os agradezco a todos los que habéis formado parte de todo esto. Y no os preocupéis, que a partir de ahora nos seguiremos viendo cada martes y cada jueves en La Hermandad (porque no desaparece) pero se simplificará un poco y me centraré en aportar valor respondiendo directamente a vuestras preguntas.

Correos directos, sin relleno y repletos de información útil.
Esa es mi promesa.

El martes responderé a una de las preguntas que me mandéis los miembros de La Hermandad, y el jueves una de las preguntas que reciba por el Preguntas y Respuestas de Instagram.

Por lo tanto, no dudes en mandarme tus preguntas contestando a este correo.
Estoy aquí para ayudarte.

Ah, una cosa más.

Si estos 3 años de reflexiones te han gustado y te han ayudado a avanzar en tu vida y a crecer como persona, te recomiendo que te unas al Círculo Interior porque fliparás con todo lo que voy a compartir por ahí.

A modo de resumen:

Dos reflexiones semanales, una de desarrollo personal y otra fitness.
Ambas reflexiones estarán en audio y en texto y habrá ejercicios prácticos.
Un club de lectura mensual.
Una entrevista mensual a profesionales top del sector de la psicología, el entrenamiento, la nutrición, el crecimiento personal…
Un directo mensual con todos los miembros del Círculo Interior.
Descuentos exclusivos.
Retos mensuales.
Quedadas presenciales periódicas.
Grupo de Telegram privado.

Y mucho más.
Lo mejor que he hecho hasta la fecha, sin lugar a dudas.

Si quieres crear el héroe de tu propia historia, alcanzar tu mejor versión (tanto mental como física) y vivir una buena vida, estás en tu casa.

ÚNETE AQUÍ

Te recuerdo que el Círculo Interior cerrará sus puertas el domingo 22 de septiembre, no se abrirán hasta dentro de bastantes meses y, para entonces, el precio habrá subido. No es un hipotético. Subirá.

Este es el momento.
El momento de formar parte del Círculo Interior desde el inicio y en las mejores condiciones posibles es ahora.

PD: Mandaré un correo el sábado con el último aviso. Se llamará «Cierro la puerta mañana». Para los despistados. Aviso que no habrá excepciones.

PD2: No hace falta que procrastines hasta el último momento. Puedes tomar la decisión de formar parte de todo este proyecto ahora. Es aquí.

PREGUNTA:
Víctor ¿Cómo sabemos si nos llevamos bien con nosotros mismos?

RESPUESTA:
Probablemente la relación más importante de tu vida es la que tienes contigo mismo, porque eres la única persona de la que nunca te podrás separar. Allá donde vayas, ahí estarás.

Por lo tanto, una de las metas de la vida debería ser intentar trabajarla para que estés siempre en buena compañía.

Ahí van unos puntos que te pueden indicar si te llevas bien contigo mismo:

1) Te conoces bien. No puedes tener una buena relación con alguien que no conoces en profundidad y eso te incluye a ti mismo. Debes saber quién eres sin ningún atisbo de duda y no tener miedo a descubrirte.

2) Te aceptas: Eso no significa que te resignes a «ser quién eres», si no que no estás en guerra constante contigo mismo. Hay un equilibrio entre la aceptación y la mejora, pero ninguna mejora puede existir a partir del rechazo.

3) Te hablas bien. Imagina que le hablas a tus padres o a tu mejor amigo de la manera en la que te hablas a ti. ¿Te mandarían al cuerno? Si la respuesta es afirmativa, claramente no estás en buenos términos contigo mismo.

4) Confías en ti. Sabes que eres alguien que cuidará de ti. Y además lo sabes sin un ápice de duda, porque te lo has demostrado cientos de veces. Cuando tomas una decisión estás tranquilo, ya que confías en tu criterio.

5) Te cuidas. Comes bien, descansas, haces ejercicio, no desfasas los fines de semana por costumbre, cuidas de tu entorno, tienes hábitos saludables. Ya sabes, tu cuerpo es tu templo. Mens sana y corpore sano y todo el rollo.

6) Puedes estar solo. Probablemente uno de los mejores indicadores de tu relación contigo mismo es tu capacidad para estar solo y no sentir que te falta algo o alguien. Tú eres suficiente. No quiere decir que siempre estés solo, pero cuando decides compartir tu tiempo es por elección, no por necesidad.

Reflexiona sobre estos puntos con honestidad y podrás determinar el estado de tu relación contigo mismo.
Espero haberte ayudado 😉

¿Quieres que responda a tu pregunta en la próxima edición de «La Hermandad»? Envíame tus dudas respondiendo a este correo. 

«El infierno es el sitio en el que la persona que eres se encuentra con la persona que podrías haber sido».
Anónimo.
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Publicado el 19 de septiembre de 2024Categorías: La Hermandad0 Comentarios on LA HERMANDAD – 19 de septiembre de 2024

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Sobre el autor: Comunicacion

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