«La grandeza nace de pequeños comienzos»
Bienvenido a La Hermandad, la newsletter de Fitness Real.
Una newsletter dedicada exclusivamente a ayudarte a alcanzar la persona que sabes que puedes llegar a ser.
Espero que la disfrutes, que aprendas y que luego lo pongas en práctica.
Y gracias de corazón por estar ahí una semana más.
¡Empezamos!
Rápido, piensa en una estatua famosa.
No le des muchas vueltas, la primera que te venga a la cabeza.
¿Lo has hecho?
Probablemente te ha venido a la cabeza el David, de Miguel Ángel.
No en vano es la estatua más famosa del mundo.
Y esta estatua tiene una historia fascinante que encierra algunas lecciones muy interesante que puedes aplicar a tu vida.
Espero que te guste esta pequeña clase de historia del arte 😉
El David es una estatua de más de 5 metros de altura y más de 5 toneladas de peso que representa a David justo antes de enfrentarse a Goliat, e intenta plasmar la perfección física masculina.
A pesar de eso, sus proporciones no son «perfectas». Las manos y la cabeza son excesivamente grandes, aunque se cree que Miguel Ángel creó esas proporciones expresamente, para demostrar que lo más importante de David era su mente y sus acciones.
¿Sabes qué es lo fascinante de esta escultura?
Primero de todo, la historia que ocurrió cuando aún no era más que un trozo de mármol.
El David está hecho a partir de un único bloque de mármol de Carrara, y curiosamente Miguel Ángel no fue el primero en intentar hacer algo digno con ese pedrusco. Previamente dos artistas (Antonio Rosellino y Agostino di Duccio) lo habían intentado, fracasando en el intento.
Es decir, que cuando a Miguel Ángel (que por aquél entonces solo tenía 26 años…) le encargaron el David, tuvo que lidiar con un proyecto que otros dos grandes artistas habían abandonado.
De hecho, ambos habían empezado a tallar el bloque de mármol, pero lo único que lograron era destrozarlo en el proceso. En su defensa dijeron que el bloque presentaba demasiadas imperfecciones que ponían en riesgo la integridad del mismo, por lo que no era un buen material con el que trabajar.
Eso hizo que el enorme bloque de mármol quedara abandonado durante más de 25 años, hasta que Miguel Ángel decidió enfrentarse al desafío, creando en el proceso una de las mejores obras de arte de toda la historia de la humanidad.
¿Qué podemos sacar de ese primer punto?
Pues que a veces nos dejamos llevar por las opiniones de los demás, y nos contagiamos de sus propias creencias limitantes, que adoptamos como propias. Es mucho más fácil aceptar que no podemos hacer algo a volcarnos en cuerpo y en alma en ese algo.
Presentar batalla.
Poner toda la carne en el asador.
Ver con tus propios ojos si realmente no puedes.
¿Cuantas veces te han dicho que no puedes hacer algo simplemente porque el que te lo ha dicho no pudo?
¿Significa eso que porque otra persona no pudo tú tampoco puedes?
¿La opinión de otra persona te va a impedir intentarlo?
¿Dar todo lo que tienes?
Miguel Ángel lo hizo. Se enfrentó al supuesto bloque imposible y durante 3 años estuvo encerrado en un taller hasta que emergió de él con el David. Y 500 años después sigue siendo una referencia a nivel mundial.
La próxima vez que vayas a tirar la toalla piensa si realmente lo has intentado.
Si lo has dado todo y tienes la potestad de retirarte o si en verdad ni siquiera has empezado y simplemente estás huyendo.
Muchas veces es lo segundo.
El segundo punto, muy ligado a lo que te acabo de explicar, es que los grandes objetivos requieren de una gran inversión. De tiempo, de esfuerzo, de constancia y de disciplina. Miguel Ángel tardó 3 años en liberar al David del bloque de mármol en el que estaba prisionero.
3 años.
Y nosotros «intentamos» algo una o dos veces y ya nos rendimos.
O hacemos algo un par de semanas seguidas y nos desmotivamos por la falta de resultados.
Muchas veces no es que no veamos resultados, si no que tenemos unas expectativas completamente jodidas del ritmo al que tenemos que ver esos resultados. Nos emperramos en querer ver a las dos semanas los resultados que veríamos a los 2 años. Y, a su vez, dejamos de valorar los resultados que sí hay a las dos semanas, pero que no nos son suficientes.
¿Me sigues?
Te pongo un ejemplo. Mucha gente se mete en el gimnasio y pretende tener un físico tallado en mármol a los dos meses. Al no lograrlo se desmotiva y lo manda todo a tomar pos saco. Pero la realidad es que ese físico podría haber sido suyo…si hubiera mantenido los hábitos y la constancia durante dos años. Si hubiera sido realista y aceptara el precio que hay que pagar por el objetivo que quiere alcanzar.
Lo más triste es que, cegado por ese supuesto objetivo final, pasa por alto todos los beneficios que está experimentando y que van más allá del mero físico. Más energía, mejor descanso, más libido, mejor humor, menos estrés, mejor estado de salud en general, algo menos de grasa y algo más de masa muscular…
Por lo tanto, entiende que todo requiere tiempo.
Y debes aceptarlo.
Acepta las condiciones del juego antes de empezar, en vez de meterte de cabeza y luego quejarte de que no te gustan las normas.
Lo tercero verdaderamente fascinante de esta escultura es algo que ya he comentado pero que tal vez ha pasado desapercibido, por lo que voy a repetirlo: el David está creado a partir de un único bloque de mármol.
Esto es acojonante.
No sé si te haces una idea de lo difícil que es hacer algo así.
De lo crack que tienes que ser.
Y mucho más con el nivel de detalle que tiene esta obra de arte.
El hecho de que sea un único bloque de mármol es una metáfora increíble para la vida misma.
Puede servir como un marco mental fantástico a través del cual puedes evaluar tu propia existencia.
Piénsalo un segundo.
Miguel Ángel miró el bloque de 6 metros de mármol macizo y pensó: «Ahí dentro está el David. No tengo que añadirle nada. Simplemente tengo que retirar todo lo que sobra. Tengo que deshacerme de todo lo que no es el David».
¿Qué principio subyace de todo eso y que puedes aplicar para tu vida?
Que antes de pensar en añadir algo, primero céntrate en retirar todo lo que sobra. Que la mayoría de las situaciones jodidas de la vida no se solucionan metiendo inputs en la ecuación. Se solucionan quitándolos. Que puedes acabar con una obra de arte centrándote solo en extraer el sobrante.
El otro día vi una entrevista que le hicieron a un famoso neurocientífico y decía que el pensamiento positivo era importante, pero que el factor más importante a la hora de mejorar el bienestar y la salud mental era minimizar el pensamiento negativo.
Retirar lo malo antes que añadir lo bueno.
Si nuestro entorno está podrido nada bueno que añadamos a la mezcla va a tener efecto. O lo tendrá, pero mucho menos que si lo hubiéramos añadido en un entorno limpio y pristino.
¿Qué te puedes llevar de esta newsletter?
1) El hecho de que alguien no haya podido hacer algo no significa que tú no puedas lograrlo.
2) Si alguien te dice que no puedes hacer algo está hablando de su realidad, no de la tuya.
3) Que una buena vida empieza por retirar, no por añadir.
4) Que la perfección a veces supone que haya un pequeño desequilibrio.
5) Que cualquier objetivo que merezca la pena alcanzar requiere de tiempo, esfuerzo, constancia y disciplina. Que nada importante se logra de la noche a la mañana.
Espero que apliques estos principios a tu vida.
Apuesto a que mejorará drásticamente.
La semana pasada os hice la siguiente pregunta: ¿Qué personaje de ficción te inspira a ser mejor persona? ¿Por qué?
Me habéis mandado un montón de personajes que no conocía, y a los que les echaré un vistazo.
Naruto, Batman, muchos personajes de Dragon Ball, Aria de Juego de Tronos…
Algunos que no conocía son Netero (Hunter x Hunter), Usagi Yojimbo o Jin Sakai del videojuego Ghost of Tsushima, entre otros. Con ganas de echarle un vistazo a vuestras inspiraciones 😉
Esta semana la pregunta que os planteo, y que está muy relacionada con uno de los puntos de la reflexión de hoy es la siguiente:
¿Qué te sobra en la vida y que, si te desprendes de ello, tu vida mejoraría drásticamente?
Un ejercicio directo, pero valiosísimo.
Hay que tener valor para contestar la pregunta.
Y valor para actuar.
Pero la vida es para los valientes.
Puedes mandarme tu respuesta respondiendo a este correo.
Los leo todos. Siempre.
Quiero que veas este vídeo.
Es precioso.
Explica como un único momento puede cambiar la dirección de tu vida para siempre. Como la persona adecuada en el instante correcto puede ayudarte a encontrar tu lugar en el mundo.
Y puede hacerte ver que aquello que todo el mundo cree que está mal en ti en realidad puede convertirse en tu mejor aliado.
Échale un vistazo, que vale la pena 😉
Esto que te explicaré a continuación me voló la cabeza en su momento.
Espero que a ti también te deje alucinado.
Hace unas cuantas newsletters hablé del concepto de «eternidad» y lo mucho que me asustaba. Que, en mi opinión, creer en que hay una vida eterna tras la muerte es mucho más aterrador que creer que hay un final.
Quiero darte un ejemplo de eso para que entiendas mi punto de vista.
Piensa en una baraja de cartas francesa.
52 cartas.
4 palos.
13 cartas por palo.
¿Cuántas maneras únicas existen de ordenar esas cartas?
Ese número es 52! o factorial de 52.
Es decir, 52x51x50x49……x2x1
Eso es un número extraordinariamente grande.
Es 8,0658×10^67
O 80658175170943878571660636856403766975289505440883277824000000000000
Pero es muy difícil entender este número, por lo que el matemático Scott Czepiel creó una manera muy visual de entender este número.
Ojo que esto es una auténtica locura.
Atención.
Imagina que pones un cronómetro con 8,0658×10^67 segundos, lo pones en marcha y a continuación te pones en el ecuador del planeta y esperas un billón de años (1000 millones de años).
Cuando pase el billón de años, das un paso.
Esperas otro billón de años. Das otro paso.
Cuando des toda la vuelta al planeta y llegues al punto de partida, quitas una gota del océano pacífico.
Vuelves a dar la vuelta al ecuador haciendo un paso cada billón de años.
Retiras otra gota del océano pacífico.
Cuando hayas vaciado por completo el océano pacífico pones una hoja de papel en el suelo.
Rellenas el océano pacífico otra vez y vuelves a empezar.
Un paso cada billón de años y cuando des la vuelta a la Tierra retiras una gota.
Cuando vuelvas a vaciar el océano pacífico pones otra hoja de papel encima de la primera.
Rellenas otra vez el océano y vuelves a empezar a dar vueltas.
Sigues repitiendo este proceso hasta que acumules una montaña de papeles que llegue al Sol.
¿Cuánto tiempo crees que ha pasado?
Apenas ha transcurrido un 1% del tiempo del cronómetro….
Realiza todo este proceso 1000 veces y habrá pasado 1/3 del tiempo total del cronómetro.
Y hay gente que quiere vivir para siempre.
No gracias.
Yo paso.
La eternidad me acojona vivo.
PREGUNTA:
Víctor ¿Qué consejos darías para tener una buena organización semanal? ¡Muchísimas gracias!
RESPUESTA:
La organización es una de las mejores habilidades que puedes desarrollar, sin lugar a dudas. Ahí van, de forma resumida, los mejores consejos que te puedo dar.
1) Ten claras tus prioridades: Una de las claves de la organización es saber lo que tienes que hacer y qué debes eliminar de tu agenda. Si no sabes lo que es importante te ocuparás las horas con lo irrelevante. Eso hará que vayas todo el día de puto culo pero con la sensación constante de estancamiento y estrés.
2) Establece un horario: Debes apuntar todo lo que no puedes delegar y que debes hacer sí o sí. TODO. Eso te dará una idea de la cantidad de horas que tienes ocupadas y cuantas disponibles. Una vez lo veas con claridad, podrás empezar a
3) Baja expectativas: Muy ligado al punto anterior, pero quiero remarcarlo para que quede claro. El horario debe ser realista. No te ocupes cada minuto de tu tiempo pensando que así estás siendo más productivo o más organizado. Nada sienta peor que crear un horario imposible de respetar.
Al principio no te flipes: si crees que puedes hacer 5 tareas, quédate con 2-3. Si piensas que necesitas 2 horas para hacer algo, bloquea 3 horas. Siempre es mejor aumentar las expectativas que darte cuenta que te has venido arriba.
4) Ordena por importancia. No todo lo que debes hacer tiene la misma importancia. Por lo tanto, empieza siempre que puedas con la tarea más relevante y que influirá más en tu progreso, remuneración, crecimiento (o la métrica que uses tú)…Una vez terminas con esa, sigue con la segunda más importante. Y luego con la tercera.
De esta manera, si surgen imprevistos siempre habrás podido hacer lo más importante, y lo que se ha quedado pendiente es más secundario.
5) Mantén el orden: Un entorno de trabajo ordenado y limpio te ayudará a mantener la mente enfocada en lo que tienes que hacer. Si estás en un sitio que te evoca dedicación y entrega a tu trabajo, es más probable que cumplas lo establecido. Si tu entorno es caótico, será mucho más complicado no distraerse.
6) Revisa y ajusta: Cuando finalice la semana dedica un rato del domingo a evaluar la semana y la planificación que has creado. ¿Qué ha funcionado? ¿Qué ha fallado? ¿Qué puedo hacer para mejorar la próxima semana? Modifica lo que veas pertinente y aplícalo la semana siguiente.
7) Descansa: En tu horario semanal debes bloquear tiempo para ti. Para descansar, para cargar pilas, para la familia, para lo que es importante para ti más allá del trabajo. Es obligatorio.
Espero que te haya ayudado 😉