LA HERMANDAD – 15 de Febrero de 2024

Bienvenido a La Hermandad, la newsletter de Fitness Real.

Una newsletter dedicada exclusivamente a ayudarte a alcanzar la persona que sabes que puedes llegar a ser.

Espero que la disfrutes, que aprendas y que luego lo pongas en práctica.
Y gracias de corazón por estar ahí una semana más.

¡Empezamos!

Cada semana en el «Preguntas y Respuestas» recibo una cantidad abrumadora de cuestiones sobre relaciones amorosas. Y, sin duda alguna, lo que más se repite es como superar una ruptura amorosa.

Se podrían escribir párrafos sobre qué hacer cuando ya ha ocurrido la ruptura, pero, tal y como dice el dicho, «mejor prevenir que curar». Con los años cada vez tengo más claro que hay una cantidad altísima de relaciones que naufragan porque el punto de partida de la relación es erróneo.

La ruptura es una mera consecuencia inevitable de intentar crear una relación con unas bases endebles.

Ese punto no es otro que la necesidad de estar con alguien por el mero hecho de no estar solo. Y, además, verte a ti mismo como alguien inacabado que requiere de otra persona para sentirse completo. Esa es una mentalidad muy peligrosa.

Ayer fue San Valentín.

A pesar de que para muchos es la fecha más romántica del año, para muchos otros es un día solo sirve para recordarles que no tienen pareja. Que están «solos». Eso les aterra y les entristece.

¿Por qué la gente tiene tanto miedo a la soledad?

Evidentemente hay un componente evolutivo. Era muy difícil sobrevivir por uno mismo hace milenios, por lo que en nuestro ADN está integrado un sentimiento de pertenencia al grupo. Somos animales sociales por causas de fuerza mayor. Por un tema de supervivencia pura y dura.

Sin embargo, hoy en día las cosas son muy diferentes. Hay una seguridad y un bienestar que jamás ha existido en toda nuestra historia, pero nuestro cerebro es prácticamente el mismo. Tiene los mismos miedos de antaño instalados en su sistema operativo.

La mayoría de personas buscan conexiones y relaciones con ansia por miedo a la soledad, y eso ocurre en gran parte porque no quieren quedarse a solas con la única persona de la que no pueden escapar. Ellos mismos.

Ahí creo que subyace el verdadero problema.

Cuando no te gustas, necesitas estar con alguien que te distraiga de tu propia presencia. De tus propios pensamientos. El problema es que de esta manera no eliges estar con alguien, simplemente no quieres estar solo, y eso significa que, en cierta medida, cualquier compañía te vale. Hay una diferencia abismal.

Es la misma diferencia que existe entre hablar porque tienes algo que decir o hablar porque no soportas el silencio y lo tienes que llenar con cualquier cosa. ¿Lo ves? De hecho, veo una conexión directa entre la incapacidad de estar solo y la incapacidad de estar en silencio. Las personas que pecan de lo primero suelen pecar de lo segundo.

Las conversaciones que se tienen para llenar el silencio suelen ser banales, superficiales e intrascendentes.

– Parece que va a refrescar, ¿eh?
– Pues nada, ya estamos otra vez a lunes…
– A ver cuándo llueve, que ya toca.

Le dices a la persona con la que compartes 20 segundos de ascensor porque no puedes estar en silencio. Mucha gente lo justifica con «educación». Yo creo que educación es saludar y despedirse con amabilidad. Lo otro es incomodidad pura y dura.

Voy a parafrasear a Uma Thurman en Pulp Fiction cuando le dice a John Travolta en el restaurante Jack Rabbit’s Slim: «Sabes que has encontrado a alguien verdaderamente especial cuando podéis cerrar la boca durante un minuto y disfrutar cómodamente del silencio juntos».

Las relaciones que existen solo para evitar estar con uno mismo tienen la misma profundidad que las charlas forzadas de ascensor. Son relaciones frágiles. Superficiales. No te llenan. Y lo sabes. Seguirás sintiendo un vacío, pero esta vez será peor porque lo sentirás estando acompañado. Y esto…es muy duro.

Te recomiendo que dejes de pensar en que el punto álgido de tu existencia es estar con alguien. Porque no lo es. No al menos a cualquier precio. Es cierto que tener una buena pareja es un gran amplificador en tu calidad de vida, pero también es verdad que si estás en una relación tormentosa puede ser uno de los principales focos de sufrimiento y dolor.

Una pareja te puede llevar a las alturas, pero también a las profundidades.

Primero tienes que estar bien contigo mismo. Es imperativo. Debes quererte. Y para eso necesitas darte pruebas y demostrártelo constantemente. Debes estar cómodo con tu propia presencia y tu propio silencio. Debes conocerte, aceptarte, tener integridad, estar orgulloso de ti y saber que no vas a fallarte. Que puedes contar contigo bajo cualquier circunstancia.

Cuando ocurre esto, nunca más estarás solo de verdad, porque pase lo que pase siempre estarás en buena compañía: la tuya propia. Y eso mola.

Una vez logres mejorar la relación que tienes contigo mismo será mucho más probable que tus relaciones amorosas no se vayan a pique. Porque serás más selectivo y no te conformarás con menos de lo que sabes que mereces.

Y, aunque no acaben de funcionar (porque todo puede pasar) no te hundirás en el proceso ya que seguirás quedándote contigo mismo. Eso no significa que no lo pases mal, pero una cosa es el dolor de una ruptura y otra muy distinta que tu identidad tal y como la conoces colapse por completo.

Piensa un segundo en la idea moderna del amor que nos inculcan desde pequeños. El amor es dependencia, sufrimiento, obsesión, tristeza, la otra persona lo es todo y sin ella no eres nadie.

Esa idea de que tienes que encontrar «tu media naranja».
No, perdona, pero tú no eres medio nada.
Tú eres una persona entera.
Debes verte así.
Punto.

No tienes que esperar a que nadie venga y te complete o dé sentido a tu existencia. Esa es tu responsabilidad. Porque si estableces este marco de referencia siempre te sentirás insuficiente estando solo. Y si encuentras a tu supuesta «otra mitad» te sentirás completo únicamente mientras tengas a la otra persona a tu lado.

Pues con perdón, pero menuda mierda de trato…

Tengo malas noticias: Si decides que la otra persona lo sea todo para ti y en algún momento no está…no te quedará NADA. Y te prometo que no quieres estar ahí, créeme. Lo sé por experiencia.

Eres la única persona con la que vas a compartir el resto de tu vida. Esto es importante que lo entiendas y que lo integres también en tu sistema operativo. Si no haces las paces con ello y contigo mismo, cualquier relación que emprendas va a estar viciada desde el inicio.

Le vas a poner demasiado peso a la otra persona porque tu fragilidad te impide cargar con tu parte de la relación. Vas a depender demasiado de la otra parte y, tarde o temprano, a exigirle más de lo que le toca.

Tú debes ser el encargado de sostenerte derecho y erguido. No le pases esa responsabilidad a nadie porque no es justo. Y lo sabes.

Eres tu propia responsabilidad.
Quiérete primero.
Luego podrás empezar a dejarte querer.
Y también a querer de verdad.

Y no huyas de la soledad.
No huyas de ti.

La semana pasada os pregunté lo siguiente:

«Si tu «yo» de hace 10 años te pudiera ver… ¿Estaría contento y satisfecho de quien eres?»

Y las respuestas han sido bastante unánimes. Os sentís satisfechos de quienes sois.

Victoria dice: «Estoy segura de que mi yo de hace 10 años estaría orgullosa de quién soy hoy aunque hay cosas que no han salido como ella planeaba. Todavía no he triunfado en ningún deporte. Ni he montado mi propia empresa. Ni he encontrado al amor de mi vida. Pero estoy en el último año de una carrera que no me veía capaz de hacer. Estoy aprendiendo mi cuarto idioma. Estoy en mi mejor punto físico desde hace años. Y sigo teniendo mucha ambición y trato de crecer y aprender siempre que puedo».

Jose Ángel comenta: «Si mi «yo» de hace 10 años me viera ahora fliparía. He conseguido aquello que en su momento anhelaba y a nivel mental seguramente vería madurez.»

Naiara también: «Mi «yo» de hace 10 años estaría flipando de lo bien que estoy. He formado una familia preciosa, tengo los mejores amigos que podía imaginar y trabajo lo necesario para vivir la vida que quiero».

———

¿Sabes por qué te hice esta pregunta la semana pasada? Porque cuando te centras en el camino que has recorrido eres mucho más consciente del progreso y lo valoras debidamente.

Si te hubiera preguntado «¿Estás contento y satisfecho de la persona que eres?», probablemente las respuestas habrían sido mucho menos positivas, porque si te anclas en el presente sin un marco de referencia adecuado te vuelves mucho más crítico contigo mismo.

Siempre te comparas con el futuro que deseas, y el presente pierde importancia.

Este ha sido un ejercicio para que te ayude a poner perspectiva. Para ganar gratitud. Cuando tengas un mal día y te empieces a machacar…acuérdate de tu «yo» de hace 10 años.

Nunca olvides de dónde vienes.
Nunca pierdas de vista todo lo que has recorrido.
Nunca menosprecies todo lo que has alcanzado.

La pregunta de esta semana es la siguiente:

¿Qué te gustaría que las personas cercanas recuerden de ti y qué legado personal deseas dejar en el mundo?

Me encantará leer tu respuesta.
Puedes mandármela respondiendo desde aquí.

LAS LEO TODAS.

Hace algo más de un año Marc Mula me entrevistó en su podcast «Ideas en Movimiento». Youtube me ha recordado esta semana el vídeo, lo he revisado por encima y creo que salió una charla super amena e interesante. Casi 90 minutos en los que hablamos de mil cosas:

• Mitos en el Fitness: mentiras e intereses.
• Consumir información vs. aplicar información. Cómo superar el «gap».
• Una realidad difícil de asumir: no queremos lo que decimos que queremos.
• Obligación vs. disciplina. Cómo sostener hábitos en el tiempo.
• Autonomía personal o depender lo mínimo posible de los factores externos.
• La retroalimentación entre identidad, autoconcepto y acciones.
• Desarrollo Personal: egocentrismo e idolatría.
• Cómo se complementan la psicología y la filosofía.
• Menos hiper productividad tóxica, más ocio/entretenimiento.

Si no lo visteis en su momento espero que disfrutéis del podcast.
Ah, y si os ha gustado, dejadle un like al vídeo ^^

PREGUNTA:
Víctor, ¿cómo saber si has tomado una buena decisión?

RESPUESTA:
Hay dos niveles distintos que debemos considerar para responder a esta pregunta.

1) El nivel de valores, principios e intenciones.
2) El nivel de resultados

Vamos con el primero.

Creo que puedes considerar haber tomado una buena decisión cuando lo has hecho respetando todo lo posible tus valores y tus principios. Cuando eres consecuente con lo que de verdad te importa. Cuando eres capaz de mantenerte firme y ser fiel a ti mismo a la hora de decidir. 

Y, sobre todo, cuando la has tomado con las mejores intenciones en mente.

Cuando haces eso, es bastante seguro decir que has tomado una buena decisión. O, al menos, una decisión con la que puedas tener la conciencia tranquila. Pero eso no se basa en los resultados que obtienes, si no en lo íntegro que te mantienes para contigo mismo en el proceso.

Luego a nivel de resultados que aparecen de la decisión que has tomado…es algo mucho más complicado. Porque eso no lo puedes controlar. Y la vida da muchas vueltas. Es decir, tomar una decisión fiel a tus valores y con la mejor intención en mente no significa que todo lo que coseches a raíz de esa decisión sea bueno. 

Por ejemplo, si en el fondo sabes que ya no quieres a tu pareja pero decides seguir con ella porque no le quieres hacer daño…¿estás tomando una buena decisión porque le estás evitando el sufrimiento de la ruptura? ¿O tomar una buena decisión pasa por ser fiel a ti mismo a pesar de que sepas que causarás algo de daño a tu alrededor?

Yo creo que la segunda es la buena decisión. 

Déjame que te ponga otro ejemplo un poco friki.

Mi videojuego favorito es The Witcher 3 (como muchos sabréis), y una de las razones por las que me gusta tanto es por la gama de grises que contiene y te presenta. No hay buenos y malos. Hay perspectivas, matices, contradicciones y «dependes». Como la vida misma. Nada es blanco o negro.

Hay centenares de decisiones que puedes tomar en el juego, y cada una de ellas tiene unas consecuencias. A veces…no son buenas. Aunque hayas tomado «una buena decisión» en base al primer nivel.

Por ejemplo, hay un momento en el juego en el que te encuentras a un espíritu atrapado en una cueva que te pide que lo liberes. Lo han encerrado unas brujas que tienen la afición de comerse a niños. Unas brujas que, además, estás buscando para derrotarlas tú mismo.

El espíritu en cuestión te explica que si lo liberas irá a buscar venganza contra esas brujas.
Pero en el fondo es un monstruo y parece bastante peligroso, 

¿Qué haces?
¿Qué harías tú? Piénsalo un segundo.

Te cuento: Soltarlo porque empatizas con su situación conllevará, más adelante y sin que tú puedas evitarlo, la muerte de un personaje inocente y el suicido de su padre. Dejarlo encerrado o matarlo hará que ese personaje sobreviva, pero se volverá loca al presenciar la muerte de un grupo de niños huérfanos.

FUCK.
¿Qué decisión es la correcta?
¿Y cómo la tomas si desconoces lo que ocurrirá más adelante?

Es imposible. No puedes ver el futuro, por lo que mi recomendación es que para tomar la mejor decisión posible te centres en hacerlo siendo fiel a ti mismo y lo hagas con las mejores intenciones en mente. Es decir, que te centres en el primer nivel.

Al menos podrás mantener la conciencia tranquila (todo lo posible) a la hora de cosechar las consecuencias de dicha decisión. 

Espero que te haya ayudado ^^

Esta semana en el Offtopic os quiero recomendar una serie IN-CRE-I-BLE.

Se llama Arcane, y está basada en el videojuego League of Legends.

¿No has jugado al juego? Yo tampoco.

La suerte es que no es necesario haberlo hecho para disfrutarla y entenderla. A lo mejor te pierdes algún que otro detalle, pero nada más.

La animación es de lo mejor que he visto en mi vida. Una maravilla.
La estética es una auténtica fantasía.
La historia engancha.
La banda sonora es tremenda.
Y los personajes enamoran.

Respecto a esto último… ¿Me permites ser sincero y ponerme un poco «político»?

Somos muchos (y muchas) los que estamos hartos de que nos intenten meter con calzador en todas partes a personajes femeninos supuestamente «fuertes, independientes y empoderados».

Y la realidad es que no estamos hasta el moño porque sean mujeres.

Obviamente ese es el recurso fácil al que recurren muchos cuando reciben críticas más que justificadas para las que no tienen defensa alguna. Machismo, misoginia… La cantinela de siempre.

El problema no es su género, es la calidad con la que están escritos y desarrollados esos personajes. La mayoría de los cuales dejan mucho que desear. Son «fuertes e independientes» porque sí. Todos sus logros se justifican a golpe de guión. No puedes empatizar con ellos, porque son más planos y aburridos que un acuario de mejillones.

Repito.
El problema no es que sean mujeres.
Al contrario: ver un personaje femenino interesante y bien construido es una auténtica gozada.

¿Quieres ver una serie en la que hay muchos personajes femeninos creíbles, con profundidad, con matices, con trasfondo, con contradicciones, fuertes pero a la vez vulnerables y que deben lidiar con grandes obstáculos? Pues mira Arcane, que los tienes para aburrir.

Está en Netflix.
8 episodios de 45 minutos.
Y en unos meses sale la segunda temporada.

A disfrutarla 😉