LA HERMANDAD – 18 de abril de 2024

Bienvenido a La Hermandad, la newsletter de Fitness Real.

Una newsletter dedicada exclusivamente a ayudarte a alcanzar la persona que sabes que puedes llegar a ser.

Espero que la disfrutes, que aprendas y que luego lo pongas en práctica.
Y gracias de corazón por estar ahí una semana más.

¡Empezamos!

Esta semana te voy a hablar de varias lecciones importantes que extraje de una serie que estamos viendo mi mujer y yo y que están muy relacionadas con temas que he tratado hace relativamente poco.

Temas como una buena vida, el propósito, la aceptación y la muerte.

Ya sabes que la inspiración y el aprendizaje pueden venir de cualquier sitio, siempre que estés dispuesto a aprender y tengas la mente abierta y receptiva.

La serie en cuestión es The Last of Us.
Está en HBO, por si quieres verla.

Hace unos meses la vi yo solo (y de hecho os la recomendé en la newsletter) pero cuando la acabé me pareció tan buena que le dije a mi mujer que la viéramos juntos otra vez. Y en eso estamos.

Antes de nada, aviso que voy a hacer spoilers brutales del capítulo 3 de la primera, y única, temporada. Si no has visto la serie a estas alturas probablemente te dé igual, pero si quieres verla te aseguro que, aunque sepas de qué va este episodio, se disfruta igual y sigue siendo espectacular.

Así que te animo a leer la newsletter y luego empezar la serie.
Porque lo vale.

Vamos a ello.

A lo largo del capítulo 3 básicamente seguimos la vida de Bill, un conspiracionista típico americano que cree en el Nuevo Orden Mundial, los reptilianos y que tiene un búnker secreto en su casa lleno de suministros y armas, en caso de que el mundo se vaya a tomar por saco.

El tema es que el mundo se va a tomar por saco y él es el único que queda vivo en su pueblo ya que cuando el ejército llega al pueblo él está atrincherado en su búnker.

El tío tiene muchos pájaros en la cabeza, pero es hábil y logra fortificar la zona y al poco ya es completamente autosuficiente. Tiene electricidad, suministros, crea trampas, una valla defensiva, empieza a cultivar un huerto…

Está solo, pero le da igual.
De hecho, mejor.

El mundo se puede ir a la mierda, ya que él se sentía que no formaba parte de él incluso antes de la pandemia que lo ha destrozado todo.

LECCIÓN IMPORTANTE: Las conexiones que tienes en tu vida y la calidad de las mismas son uno de los indicadores más fuertes de la calidad global de tu vida, de tu sensación de bienestar, de tu salud y de la plenitud que sientes.

El ser humano no puede prosperar solo, por mucho que se convenza de lo contrario.

Si quieres expandir sobre esto, te recomiendo esta charla.
Pasan 4 años y a Bill se le ve bastante más apagado y arisco. Se sigue manteniendo ocupado para no perder la cabeza, pero se nota que el aislamiento le ha apagado la llama de vivir.

Hasta que cae en una de sus trampas un viajero solitario llamado Frank. Este le pide asilo y algo de comida, y Frank a regañadientes accede. Comen juntos, se conocen y acaban empezando una relación.

LECCIÓN IMPORTANTE
No me gusta la frase «yo soy así», porque a menudo no indica una imposibilidad de cambiar, si no una voluntad de no hacerlo.

Es decir, no eres así sino que «ya te está bien ser así». Seguir siendo como dices que eres es más fácil que poner el trabajo para ser como sabes que tienes que ser. Vuelve a leerlo.

Pero en algunos casos… eres así. Bill llevaba mucho tiempo reprimiendo y negándose a aceptarse tal y como era, y es imposible encontrar tu lugar en el mundo y sentir que perteneces a él cuando ni siquiera encuentras tu lugar en ti mismo y estás en una lucha constante contigo.

Reprimir cosas no es la solución.
Nunca sale bien.

El capítulo sigue y vamos viendo cómo avanza la vida para Bill y Frank. Como se van haciendo mayores, como construyen una vida juntos, como se complementan el uno al otro, como se pelean, como son felices, como se enfrentan a algunos saqueadores, como deciden conocer a otras personas y crear nuevas conexiones…

Al final de todo ya han pasado 20 años desde que Bill se quedó solo atrincherado en su búnker. La pareja ya es mayor, y Frank está visiblemente enfermo y postrado en una silla de ruedas. No nos dicen qué le pasa, pero se intuye un cáncer terminal.

Una mañana Frank decide que ese será su último día.

Ya ha vivido suficiente y no quiere seguir sufriendo, por lo que le pide a Bill pasar un último día juntos, casarse y, al acabar de cenar, que machaque un montón de pastillas para dormir en una copa de vino y acabar con todo.
A regañadientes Bill acepta la decisión de su pareja.

Pasean, disfrutan de un último día tranquilo juntos, se casan simbólicamente y cenan una deliciosa última cena (que es la misma que comieron el primer día en el que se conocieron).

Al acabar, Bill prepara la copa con las pastillas, las machaca y Frank se la bebe. Al poco de hacerlo se da cuenta que Bill también ha mezclado pastillas en la botella de vino de la que han estado bebiendo, y entiende que él también ha decidido que ese será su último día.

Y ahí ocurre el diálogo que me dejó fascinado y me explotó la cabeza.

Frank no parece estar muy de acuerdo con lo que ha hecho Bill, pero éste le mira a los ojos con serenidad y con una sonrisa y le dice lo siguiente: «Estoy mayor. Y estoy satisfecho. He vivido bien y tú eras mi propósito».

LECCIÓN IMPORTANTÍSIMA:

Ya sé que es un ficción, pero cuando Bill dice que ha vivido bien no se está refiriendo a que ha tenido mucho dinero, ha logrado muchas posesiones materiales o cualquier otra métrica que muchos asocian como «éxito».

Bill dice que ha vivido bien, a pesar de estar en medio de un mundo que se ha ido a tomar por saco, porque ha encontrado algo más importante que él mismo. Algo por lo que vale la pena levantarse cada mañana, tirar adelante, luchar, sufrir a veces, vivir y morir.

Un propósito.
Un sentido superior.
Algo a lo que puedas dedicar tu vida y entregarla sin guardarte nada.

Estoy convencido de que esta es una de las claves para lograr una buena vida. Una vida que, como Bill, cuando llegue el final te puedas despedir sin pesar ni remordimientos. Porque estás satisfecho. Porque sabes sin un ápice de duda que lo que has vivido ha sido bonito. Ha sido pleno. Ha valido la pena.

Cuando aprendes a vivir creo que aprendes a morir.
No puedes morir bien si no has vivido bien.

Y estoy seguro de que el miedo a la muerte viene, en gran parte, por saber que se te acaba el tiempo y apenas has empezado a vivir.

Repito: Una buena vida no se encuentra en el dinero, los placeres superficiales, la vanidad o el reconocimiento que te dan desconocidos cuando les muestras una persona que en realidad no eres.

Una buena vida se encuentra en la plenitud del alma.
En la tranquilidad de mente.
En la satisfacción personal.
En el abrazo de un propósito.

Por lo tanto es tu trabajo encontrar ese propósito.
De hecho, tu trabajo es construirlo.
Porque como siempre digo, la vida no tiene sentido ni propósito.
Tiene el sentido y el propósito que tú decides darle.

La semana pasada hablamos de la importancia de entender que tu «yo» del futuro es la misma persona que tu «yo» de ahora y os hice estas preguntas:

1) ¿Qué sacrificio le tienes que agradecer a tu «yo» del pasado gracias al cual tu «yo» del presente está viviendo una mejor vida?
2) ¿Qué esfuerzos estás haciendo a día de hoy para que tu «yo» futuro pueda tener una vida plena que merezca y que disfrute?

Me han encantado vuestras respuestas.

Yolanda responde a la primera:
«A mi yo del pasado le agradezco el sacrificio por guardar dinero, por entender que nos creamos necesidades innecesarias. Que podemos disfrutar de muchas cosas que no valen dinero y que son muy valiosas».

Santiago también agradece a su «yo» del pasado.
«Me tengo que agradecer a mi yo del pasado haber sido capaz de dejar una relación muy tóxica que ha duró 5 años. Fue muy difícil tomar esta decisión pero desde entonces mi vida ha mejorado mucho y me siento mejor conmigo mismo».

Ángel se sincera con la segunda:
«A día de hoy estoy intentando dejar de fumar y me esta costando mas de lo que imaginé. Desde que nació mi hija de 6 años valoró mi salud como nunca porque no quiero perderme ni un minuto de estar con ella. Sé que va ser duro, pero estoy seguro que lo conseguiré».

Ya os dije que de aquí saldría oro.
Me alegro que hayáis reflexionado y que tengáis claro que lo que hacéis hoy construirá la persona que sois mañana.

La pregunta de hoy está muy relacionada con la reflexión anterior, y es la siguiente:
¿Cuál es tu propósito? ¿Qué te hace levantarte por la mañana? ¿Qué te aporta paz y plenitud?

Estas son, probablemente, algunas de las preguntas más importantes que os he planteado.
Dadle al tarro y sacad a relucir vuestros «para qué» más profundos.

Si queréis compartir vuestra respuesta con el resto de la hermandad, podéis hacerlo contestando a este correo.

Los leo todos.

LOS MONJES Y EL RÍO

Dos monjes estaban peregrinando de un monasterio a otro y debían atravesar una vasta región formada por colinas y bosques.

Un día, tras una fuerte lluvia, llegaron a un punto de su camino donde el sendero estaba cortado por un riachuelo convertido en un torrente a causa de la lluvia. Los dos monjes se estaban preparando para cruzar el río por el vado más cercano cuando se oyeron unos sollozos que procedían de detrás de un arbusto.

Al indagar comprobaron que se trataba de una chica que lloraba desesperadamente. Uno de los monjes le preguntó cuál era el motivo de su dolor y ella respondió que, a causa de la riada, no podía cruzar el torrente sin estropear su vestido de boda, y al día siguiente tenía que estar en el pueblo para los preparativos.

El primer monje no titubeó en ofrecerle su ayuda y, bajo la mirada atónita del otro, la cogió en brazos y la llevó al otro lado de la orilla. La dejó ahí, la saludó deseándole suerte y cada uno siguió su camino.

Al cabo de un rato el otro monje comenzó a criticar a su compañero por esa actitud, especialmente por el hecho de haber tocado a una mujer, infringiendo así uno de sus votos.

Pese a que el monje acusado no se enredaba en discusiones y ni siquiera intentaba defenderse de las críticas, éstas prosiguieron hasta que los dos llegaron al monasterio. Nada más ser llevados ante el Abad, el segundo monje se apresuró a relatar al superior lo que había pasado en el río y así acusar vehementemente a su compañero de viaje.

Tras haber escuchado los hechos, el Abad sentenció: «Él ha dejado a la chica en la otra orilla. Tú aún la llevas contigo».

He hablado varias veces sobre la importancia de la respiración y de los efectos que tiene en nosotros. Tanto a nivel fisiológico como psicológico.

Mucha gente, por diversos motivos, no sabe respirar correctamente y no es consciente de la cantidad de problemas asociados a esa mala respiración. En esta charla Lucas Rockwood explica 3 tipos de respiración muy útiles en distintos momentos del día.

Esas respiraciones son: agua, whisky y café.

Puedes echarle un vistazo en el vídeo que te enlazo.
No tiene subtítulos pero creo que se entiende muy bien a pesar de no tener un gran nivel de inglés (aprended inglés, es super importante)

PREGUNTA:
Víctor ¿Qué opinas de las plataformas tipo Onlyfans?

RESPUESTA:
Si me sigues desde hace un tiempo ya sabrás a grandes rasgos mi opinión sobre este tipo de plataformas. Pero bueno, la explicaré por si alguien aún no me conoce lo suficiente.

Vaya por delante que es únicamente mi opinión (breve y que no tendrá todos los matices suficientes por razones obvias) y que cada persona puede hacer lo que le salga del arco del triunfo con su vida y su cuerpo.

Dicho esto, Onlyfans me genera un rechazo increíble.
Creo que es un nido de problemas, tanto para quien crea el contenido como para quien lo consume.

Primero hablemos del que lo crea.

Sé que esta opinión no es moderna chachi-pistachi y no son pocos los que me han llamado carca o reprimido (igual que cuando hablo de la pornografía) pero creo que estamos avanzando en la dirección equivocada en cuanto a la sexualidad.

No veo la hipersexualización que hay hoy en día como un avance.
Ni como progreso.
Para nada.

A muchas mujeres se les ha vendido que sexualizarse a ellas mismas es un síntoma de empoderamiento. Y no puedo estar más en desacuerdo.

Ojo, que con tíos tampoco lo es, pero entendemos que esto es un fenómeno mucho más prevalente en las mujeres (el 95% de los creadores de contenido de Onlyfans son mujeres, y solo el 20% son consumidoras).

Y esto no tiene nada que ver con el sexo. Que crea en la intimidad y en la privacidad no significa que tenga un problema con el sexo o que piense que hay que hacerlo en misionero y con la luz apagada.

El hecho de que mucha gente asocie mi opinión sobre esta plataforma (o la pornografía) con ser un carca es un ejemplo claro del problema que tenemos hoy en día. No saber diferenciar sexo real con sucedáneos que te corroen por dentro. O con exhibicionismo.

Además creo que muchas personas que deciden exhibirse por Onlyfans no son conscientes del precio asociado, y se dejan llevar principalmente por la gratificación instantánea, ya sea en forma de validación externa o dinero fácil. Porque se puede ganar MUCHO dinero.

Pero como siempre digo, cada acción tiene una consecuencia.
Y hay que estar dispuesto a apechugar con ellas.

Ahora hablemos del otro extremo: el consumidor.

El que consume este tipo de contenidos es probable que experimente efectos secundarios muy similares a los del consumo de pornografía: soledad, desconexión, ansiedad, disfunción eréctil, alteración del circuito de la dopamina, falta de concentración, insensibilidad a estímulos, falsas expectativas en relación al sexo, relaciones reales disfuncionales y poco satisfactorias…

Pero en Onlyfans tal vez es peor porque se crea una sensación de falsa intimidad con el creador de contenidos, por lo que se puede generar una dependencia mucho más fuerte en el consumidor.

Claramente Onlyfans sabe como explotar la psicología humana, sus sesgos y sus vulnerabilidades, por lo que es algo que, lejos de ser inofensivo, es algo con lo que debemos vigilar.

Repito: me he dejado mil cosas, por lo que si es un tema que interesa podemos hablar más en otras newsletters.