«La grandeza nace de pequeños comienzos»
Bienvenido a La Hermandad, la newsletter de Fitness Real.
Una newsletter dedicada exclusivamente a ayudarte a alcanzar la persona que sabes que puedes llegar a ser.
Espero que la disfrutes, que aprendas y que luego lo pongas en práctica.
Y gracias de corazón por estar ahí una semana más.
¡Empezamos!
Esta edición de «La Hermandad» está patrocinada por Fit Generation.
En Fit Generation están organizando la IV Velada Fitness.
Sí, llevan 4 años realizando este evento y cada año lo petan más que el anterior.
Por algo será.
Se trata de un evento gratuito y 100% online de 4 días en los que Marcos Gómez, creador de Culturadegym y buen amigo mío, se encargará de dirigir 4 debates con grandes profesionales sobre temas muy controvertidos y que generan dudas constantemente:
Este año se tratarán los siguientes temas:
– ¿Cuántos huevos se pueden comer de forma segura a la semana?
– ¿Se puede ganar masa muscular haciendo ayuno intermitente?
– ¿Pueden consumir azúcar los deportistas?
– ¿Es mejor la dieta vegana o la dieta mediterránea?
Estoy convencido que será una dosis de conocimiento como pocas. Si te interesa el mundo del entrenamiento y la nutrición es una oportunidad como pocas de escuchar a grandes profesionales y poder formarte tu propia opinión.
La 4ª Velada Fitness será del 6 al 9 de mayo, por lo que ya quedan muy pocos días. ¿Nos vemos ahí?
Supongo que has leído «el tamaño importa» y has abierto el correo raudo y veloz. Lo entiendo jaja.
Mira, en el apartado sexual que cada uno tenga sus preferencias.
Ahí no me meto.
Pero cuando hablamos de desarrollo personal (que es de lo que va La Hermandad), no podemos ignorar la importancia de las pequeñas cosas.
Sí, el tamaño importa.
Pero al contrario de lo que la gente cree.
Vivimos en una época en la que el «más es mejor» reina como un axioma, y no tiene que ser siempre así.
Esta es una newsletter para reivindicar el poder de lo pequeño.
De lo que a ojos de la mayoría es irrelevante.
Vamos a ello.
Cuando hablamos de buscar nuestra mejor versión, de convertirnos en el héroe de nuestra propia historia o de construir una buena vida nos vienen a la cabeza los grandes hitos que alcanzar. Las grandes metas que conquistar. Los desafiantes obstáculos que superar.
Y eso está bien, pero no es suficiente.
Debemos aterrizar todas esas ideas en pequeñas acciones concretas que nos demuestren que estamos acercándonos a esa idea que queremos construir de nosotros mismos. Que se conviertan en una montaña de pruebas que indiquen, inequívocamente, que estamos siendo la persona que queremos ser.
El problema es que esas pequeñas acciones o esos pequeños momentos suelen pasar desapercibidos.
Y el correo de hoy es una llamada a la atención.
A la necesidad de entender que son esos diminutos pasos los que verdaderamente cuentan y los que debemos valorar como se merecen.
Y para ello te voy a poner algunos ejemplos.
Muchos queremos lograr una buena relación de pareja, y creemos que para ello hay que hacer grandes cosas. Algunos creen que esa relación de calidad se basa en viajes exóticos, experiencias inolvidables, cenas exuberantes en restaurantes fashion, regalos a mansalva…
Y no me malinterpretes, esas cosas pueden formar parte de la receta. Pero en mi opinión es la cereza del pastel. Un aderezo. Las bases de una relación fuerte son mucho más cotidianas y poco llamativas.
No dan para un post de Instagram, para entendernos.
Hay pequeños gestos que marcan la diferencia.
Que por lo poco que cuestan, generan un efecto masivo.
Que hacen el día a día un sitio mucho más agradable en el que existir de forma conjunta.
El otro día llegué a casa después de dejar a las niñas en el colegio y se había acabado el café. Preparé una cafetera y cuando llegó mi mujer a casa se le iluminó la cara. De verdad. Me dijo «mmm me encanta el olor a café cuando llego a casa, pocas cosas me ponen tan contenta».
La sonrisa en su cara era brillante.
Por un café.
Una cafetera llena de café había logrado ese efecto.
Y mi cabeza tomó buena nota de ello.
¿Sabes qué hago a partir de ahora muchas mañanas? Efectivamente, hacer café para que mi mujer cuando llegue a casa se le ponga una sonrisa en la cara. Porque no cuesta nada. Y a la vez cuenta mucho.
Y eso tiene ramificaciones importantes tanto en la manera en la que encarará el día como en la relación que tenemos.
Los pequeños gestos marcan la diferencia.
Junta varios de ellos y todo el paradigma de la relación puede cambiar.
Y esos cambios son capaces de generar una inercia en la dirección adecuada que haga que la relación se vuelva imparable.
Déjame ponerte otro ejemplo de pequeños gestos que significan un mundo, esta vez en el ámbito de la autoestima y el autoconcepto.
Todos queremos estar bien en nuestra propia piel y sentirnos a gusto con nosotros mismos. Y muchos creen que esto se basa en grandes acciones, en afirmaciones en el espejo, en cortar la relación con gente «te frena» o en largas rutinas de autocuidado.
Pero hay pequeñas acciones que representan un imperceptible paso de gigante.
Hace unas semanas estaba hablando con una clienta de Mentorías y me comentó lo siguiente: «el otro día dejé de leer un libro que no me gustaba en vez de obligarme a terminarlo, y es algo que no había hecho nunca».
Lo dijo por encima.
Como si no tuviera importancia.
Como si fuera algo irrelevante.
La paré y le dije que no lo pasara por alto con tanta facilidad, y que debía entender que eso tenía una importancia mucho mayor de lo que ella creía a simple vista.
Y la razón es simple. Estamos trabajando con ella la mejora de la autoestima, y el hecho de que haya podido dejar de leer un libro que no le gustaba es un ejemplo claro de que su tiempo empieza a ser importante y prefiere llenarlo de cosas que le suman.
No con cualquier cosa.
No a cualquier precio.
¿Y por qué su tiempo empieza a ser importante?
Pues porque ella empieza a ser importante para ella misma.
¿Me entiendes?
Los dos recursos más importantes de los que disponemos es el tiempo y la atención, ya que ambos son limitados.
Dejar de leer un libro que no te gusta, cuando antes te obligabas a hacerlo, es una señal inequívoca de que valoras tu tiempo y tu atención y eres capaz de protegerlos como se merecen. Y eso en el fondo ocurre porque te empiezas a valorar a ti mismo.
Claro, ahora es un libro que dejas, pero si sigues por ese camino más adelante será una relación tóxica, o una pareja que no te llena, o un trabajo que te hace la vida imposible o un hábito que te destroza por dentro.
La base es la misma.
Retirar de tu vida cosas que no te suman porque te aprecias suficiente como para no tolerar cualquier cosa en tu vida ni gastar tus valiosos recursos de forma indebida.
Pero no puedes pretender alejarte de una amistad tóxica que te drena la energía si no eres capaz de cerrar un libro que no te está llenando.
Como haces las pequeñas cosas es como haces las grandes cosas.
Decía Mark Manson en una de sus publicaciones que el desarrollo personal es una serie de acciones y decisiones diminutas e imperceptibles sin celebraciones ni reconocimiento, y que al cabo de los años puedas mirar atrás a tu yo del pasado y te digas a ti mismo «no me puedo creer que yo soliera ser así».
¿Qué acción estás llevando a cabo hoy que te hará mirar atrás con esa satisfacción y decir «ese fue el primer paso del camino que me llevó al sitio en el que estoy ahora y que no cambiaría por nada del mundo»?
La semana pasada os hice 5 preguntas en la reflexión y os pedí que respondierais a una de ellas.
He leído con atención y entusiasmo todas vuestras respuestas, y agradezco lo mucho que participáis en esta comunidad ^^
Mireya responde a la duda «qué anclas tienes un tu vida»:
«He reflexionado mucho acerca de las anclas en mi vida y en mi caso es mi madre. Según ella, al ser su hija mayor debo ser la responsable de estar siempre a su lado y ayudarla en todo sentido aunque hay mas hijos.
Tengo un trabajo muy difícil por delante y entiendo perfectamente cuando dices que esos cambios generan incomodidad, no solo en mí sino en los demás».
David responde a «qué mentira he creído que era verdad»:
«La mentira que tantas veces me he repetido es que tengo que hacerlo todo perfecto. Mi elevado nivel de autoexigencia a veces excede los potenciales beneficios que esta característica me puede aportar.
Debo aprender a ser más tolerante conmigo mismo y ser consciente de que cualquier paso dado en la dirección adecuada ya es señal de avance».
Cristina también responde a esta última pregunta.
«La mentira que me he repetido tantas veces era : «Me quiero morir». Hasta que no pude abandonar el hogar en el que me crié, cada día me repetía lo mismo.
Y la realidad es que yo no me quería morir, pero sí quería que «muriera o finalizara» toda esa situación. Cuando eres adolescente actúas por el impulso más fuerte. Y sí, estuve muchas veces en urgencias y en planta de psiquiatría.
A día de hoy todavía hay patrones de relación con mi familia que me cuesta cambiar, por la dichosa pena y la culpa. Pero soy una guerrera, y aunque en su momento intenté rendirme sigo aquí, con una VIDA y cada día trabajando en esos aspectos para poder llevarme mejor con mis emociones».
Sois enormes.
Todos.
Gracias de corazón, me sobrecoge leer vuestras respuestas y ver lo mucho que estáis trabajando día tras día para mejorar vuestra vida. Como usáis vuestras heridas para salir más fuertes.
Es un honor leeros.
La pregunta de esta semana es la siguiente:
¿Qué cualidades positivas tienes y valoras de ti mismo?
Parece que siempre tengamos que ignorar todo lo bueno que tenemos, y si lo decimos o lo reconocemos somos ególatras y unos narcisistas. No. Una buena autoestima pasa por reconocer lo bueno que tenemos y valorarlo debidamente.
Por lo tanto…¿Qué cualidades valoras de ti mismo?
Puedes mandarme tu respuesta contestando a este correo.
Los leo todos.
Siempre.
Hay un tipo de libros que me gustan mucho, y son los que tienen una enseñanza diaria. Esos que te hacen leer una única página al día y te duran todo un año.
Son libros muy asequibles que te ayudan a implementar el hábitos de la lectura sin una inversión muy grande de tiempo. Y, si ya lees, sigue siendo una buena opción que te permite obtener una reflexión interesante con la que abrir o despedir el día.
A lo largo de los años he leído varios libros de este estilo:
– Diario para estoicos de Ryan Holiday.
– Diario para padres estoicos, también de Ryan Holiday
– Calendario de la sabiduría de Leon Tolstoi
Mi última adquisición es «The Daily Laws» de Robert Greene.
366 lecciones sobre la excelencia, la estrategia, la naturaleza humana, la seducción y la búsqueda de propósito, entre otros.
Robert es un autor polémico. Su obra insignia, las 48 leyes del poder, es un libro muy controvertido y que debe leerse con cuidado.
Pero hay que leerlo.
No para imitar o para actuar como se describe en el libro, si no para entender la psicología humana y tener herramientas para combatir todas aquellas personas que quieren ejercer su poder sobre nosotros de forma despiadada.
Y las hay.
A patadas.
Muy en la línea, The Daily Laws sigue la estela pero ampliando a muchos otros ámbitos de interés, pero igualmente controvertidos.
Llevo poco tiempo leyéndolo pero me está pareciendo interesante. Algunos días me llevo las manos a la cabeza, otros asiento y tomo notas, pero nunca me es indiferente.
Y es algo que agradezco. Me gusta leer a autores que tienen mensajes complejos y con los que no estoy de acuerdo al 100%. Porque si no, siempre estoy leyendo lo mismo, pero escrito con otras palabras. Y eso me aburre, y me aletarga el cerebro.
Uno de mis canales de Youtube favoritos últimamente es «The School of Life».
Y el vídeo que me hizo suscribirme a su canal es el que os adjunto a continuación. Me pareció fantástico. Corto, directo al grano y sin tonterías.
El canal es una mina de oro. Es una gozada encontrar canales que llevan casi una década subiendo contenido de calidad y con el que tienes meses de información que descubrir y consumir.
Os lo recomiendo encarecidamente.
PREGUNTA:
Víctor ¿El trabajo debería hacerte feliz? En el actual siento que pierdo años de vida.
RESPUESTA:
La respuesta fácil es que cuantas más cosas y ámbitos de tu vida te sumen, mejor. Y esto incluye el trabajo, por descontado.
Encontrar un trabajo que te apasione y que te levantes por la mañana deseoso de llevarlo a cabo es una bendición, sin lugar a dudas.
Eso tampoco significa que esté de acuerdo con esa frase que dice que «trabaja de lo que amas y no trabajarás ni un día en tu vida». No, aún teniendo un trabajo que te apasiona habrá días que quieras mandarlo todo al traste.
Esta es una realidad que no gusta escuchar, y te lo dice alguien que adora su trabajo y que es uno de los ámbitos de la vida que le llenan de propósito.
Sin embargo, eso no suele ser lo normal.
Poca gente encuentra algo que le apasione a ese nivel, pero eso no tiene que representar un problema para vivir una vida con sentido.
Al final el trabajo es un apartado más de tu vida, y que principalmente realizas para generar ciertos ingresos que te permitan vivir la vida que deseas vivir con la gente que te llena.
Por lo tanto, si tu trabajo tiene esas características y no te hace odiar tu existencia…creo que es un buen punto en el que estar y con el que contentarse. Aceptar que el trabajo es un medio para un fin es un marco de referencia muy útil.
Ahora, eso no suele ser lo normal.
Muchas personas tienen un trabajo que odian, y eso hace que detesten el domingo porque al día siguiente es lunes. Y celebren el viernes porque podrán desfasar en un intento de evadirse de todo el dolor y la angustia que les genera su trabajo de lunes a viernes.
De ser el caso, yo me centraría en hacer TODO lo posible para cambiar de trabajo. A veces, a expensas de ganar menos dinero, pero ganar más paz y tranquilidad.
Reducir gastos y ajustarse el cinturón pero vivir una vida mucho más plena o desprovista de angustia puede ser un gran trato a realizar contigo mismo.
Muchas personas están ancladas a un trabajo que odian porque lo necesitan para seguir viviendo un estilo de vida del que se han vuelto esclavos.
Sé que es una respuesta un tanto genérica y que no puede cubrir todos los casos, pero la estrategia a grandes rasgos es la siguiente:
1) Lo ideal es que tu trabajo te haga feliz y te llene de pasión.
2) No pasa nada si tu trabajo no lo hace, pero al menos que no sea un pozo de angustia e infelicidad.
3) De ser el caso, intenta cambiar de trabajo, de puesto, de grupo de trabajo. Haz todo lo posible.
4) Mucha gente prefiere aceptar su situación, quejarse y evadirse con placeres banales antes de hacer lo posible para cambiar de trabajo.
5) Si no hay ninguna posibilidad por el momento, tu tarea pasa por aprender estrategias que te permitan desvincularte emocionalmente de toda la negatividad de tu trabajo. Y nunca dejar de buscar alternativas. Fórmate, gana habilidades, mejora tu currículum y sigue buscando ese cambio necesario.
Espero que te haya ayudado.
Mucha fuerza.