«La grandeza nace de pequeños comienzos»

Bienvenido a La Hermandad, la newsletter de Fitness Real.

Una newsletter dedicada exclusivamente a ayudarte a alcanzar la persona que sabes que puedes llegar a ser.

Espero que la disfrutes, que aprendas y que luego lo pongas en práctica.
Y gracias de corazón por estar ahí una semana más.

¡Empezamos!

En la newsletter de hoy quería compartir con vosotros una cosa que me ocurrió hace un par de semanas y que me sirvió para sacar una reflexión muy importante y útil para la vida en general.

De hecho, reafirmó algo que ya sé desde hace tiempo.

Siempre os digo que la vida está llena de lecciones importantes en los sitios más cotidianos e insospechados, pero debemos tener la humildad y la predisposición de verlas y aprender de ellas. A veces no hace falta que ocurran cosas trascendentales para crecer y mejorar.

El pasado día 7 fue el cumpleaños de mi hija mayor.
De hecho, justamente hoy es el cumpleaños de la pequeña.

Mi mujer y yo siempre decíamos que, cuando nuestras hijas crecieran, queríamos celebrar sus cumpleaños de una forma un poco especial. Nos apetecía organizarles una especie de gincana con todos sus amigos.

Pensamos que con 5 años ya eran suficientemente mayores para que pudieran realizar una serie de pruebas juntos, seguir el hilo conductor que lo hilvanara todo y colaborar entre ellos sin que acabara siendo todo un auténtico caos.

Mi hija está pasando por una etapa que le encantan los piratas, por lo que durante las últimas 5 semanas mi mujer y yo estuvimos pensando y organizando una búsqueda del tesoro.

Modestia aparte, pero la verdad es que nos lo curramos un montón.

Le pusimos tanta ilusión en la organización de la gincana que en nuestra cabeza se fue formando poco a poco una idea de cómo tenía que ir la fiesta. Se fueron forjando unas expectativas del cumpleaños.

El día llegó.
Y la fiesta no fue para nada como la teníamos en la cabeza.

Resulta que 16 niños (la mayoría de ellos de 4-5 años) pasados de vueltas por la emoción del cumpleaños y por estar en un sitio nuevo no es el contexto ideal para que se concentren en una tarea, sigan una historia y colaboren como un equipo. En absoluto.

Hubo muchas distracciones, mucho caos, algunos enfados, algunas pruebas eran un pelín complicadas para esa edad…Acabamos la gincana como pudimos, encontraron el tesoro y, al recogerlo todo, a mi mujer se la notaba bastante de bajón.

Cuando llegamos a casa y tuvimos un rato de tranquilidad le pregunté si estaba bien, y me comentó que estaba triste porque las cosas no habían ido como ella quería. Creía que nuestra hija no se lo había pasado bien y que los niños tampoco.

Yo también estaba un poco desanimado, no nos vamos a engañar, pero estuve pensando en ello y la lección que saqué de todo eso es que al menos hicimos lo que queríamos hacer.

Es decir, queríamos hacer una fiesta especial y, sabiendo que había la posibilidad de que la cosa no acabara de ir del todo bien, lo hicimos igualmente. Y eso, en mi opinión, es mejor que haberse quedado con las ganas.

La primera opción es hacer lo que crees que debes hacer y arriesgarte al fracaso.
La segunda es no hacer nada, quedarte con las ganas, con el remordimiento de no haberte atrevido y preguntarte «cómo habría ido».

Yo prefiero la primera opción, sinceramente.
Me parece una manera mucho más plena de vivir.
Y, por supuesto, esta actitud se puede extrapolar a todo, no solo a esta fiesta de cumpleaños.

La segunda lección que saqué vino varios días después. Al comentar con los otros padres y madres que la fiesta no había ido como nos habíamos imaginado, muchos de ellos nos dijeron «pero qué decís, si mi hijo se lo pasó increíble. No quería irse de la fiesta».

Le preguntamos a nuestra hija si se lo había pasado bien y, aunque había habido algunos momentos en los que se había frustrado a lo largo de la gincana y se había enfadado, en general se lo pasó increíble durante la fiesta.

Luego reflexioné sobre eso, y me di cuenta que tanto mi mujer como yo no estábamos viendo la fiesta como lo que era, si no que la estábamos comparando con las expectativas que nosotros nos habíamos montado en nuestra cabeza de cómo tenía que ser.

Es decir, si tu te creas un ideal imaginario y comparas la realidad con él, siempre verás dicha realidad peor de lo que es, porque no está a la altura de la película que tú te has montado en la cabeza, y que suele ser idílica.

Si tu te esperas un 10 y te llega un 7, ese 7 siempre tendrá mal sabor de boca, porque lo estarás contrastando con un 10 irreal, que solo existe en tu imaginación. En cambio, si haces todo lo que está en tu mano (esto es importante) y, mantienes tus expectativas a raya y dejas que pase lo que tenga que pasar, ese 7 te sentará de fábula.

El 7 es el mismo.
La perspectiva es completamente distinta.

La distancia que existe entre nuestras expectativas y la realidad es una de los principales fuentes de frustración e insatisfacción.

Dejemos de mirar la vida tal y como pensamos que debería ser.
Empecemos a fijarnos en cómo es realmente.
Tal vez nos sorprendamos con frecuencia.

Esta semana solo te voy a proponer un par de preguntas para que te hagas cuando tengas un rato de tranquilidad y silencio. Si no lo tienes, búscalo.

– ¿Te estás atreviendo a hacer lo que en el fondo quieres hacer en la vida? ¿O te estás quedando con las ganas (por los motivos que sean) y empieza a crecer dentro de ti el remordimiento hacia ti mismo por ser responsable de la situación en la que estás?

– ¿Estás mirando a la vida tal y como es y valorándola como es debido? ¿O te estás bloqueando en una idealización irreal e inalcanzable de la misma?

Puede que parte de tu infelicidad, frustración y ansiedad tengan su origen en estas preguntas.
Contéstalas con honestidad y humildad.

Y una vez las hayas contestado… ¿qué vas a hacer al respecto?

SIDDHARTHA
Herman Hesse

Llevo varias semanas leyendo sobre filosofía oriental, y he creado un par de posts en Instagram de esta temática que han tenido una aceptación fantástica.

A raíz de ello, muchos me habéis pedido que haga recomendaciones de lecturas sobre esta temática. Hay muchos libros interesantes, pero creo que un punto increíble para empezar a adentrarte en este mundillo (especialmente en el budismo) es Siddhartha, la novela de Hermann Hesse.

Es un libro corto, sencillo pero que esconde una gran profundidad que se puede perder a simple vista. Un libro sobre la búsqueda de respuestas, de sabiduría, de identidad, de la renuncia de la vanidad y el encuentro de la humildad y el crecimiento, tanto espiritual como personal.

Un viaje que vale mucho la pena experimentar.

Contenido de texto.

9/10 – EXCELENTE

Esta semana estuve viendo la entrevista que Chris Williamson, el creador del podcast Modern Wisdom, le hizo a Chris Bumstead (Cbum), uno de los mejores culturistas del mundo y ganador en 4 ocasiones del Mister Olimpia.

Personalmente hace tiempo que me importa un rábano el culturismo, pero sé que Cbum es una especie de fetiche para muchos asiduos del gimnasio. Lo tienen como un auténtico dios, y esta adoración ha acabado siendo un meme en sí misma.

Me recomendaron el podcast y debo decir que me parece un tío muy interesante, con una cabeza bien amueblada y con los pies en el suelo. Y esto es de agradecer, porque en un mundillo como el fitness y el gimnasio, en el que la mayoría son jóvenes impresionables que suelen coger como referentes a auténticos descerebrados, es un soplo de aire fresco que alguien como Cbum sea la inspiración de toda una generación.

Si os interesa ver la entrevista, en la que se habla de vulnerabilidad, de mentalidad, de principios, redes sociales y mucho más…la tenéis a continuación. El problema es que está en inglés y no tiene subtítulos, pero si os apañáis con el idioma os la recomiendo encarecidamente.

PREGUNTA:
Víctor ¿Qué consejos le darías a tus hijas adolescentes?

RESPUESTA:
Todavía me quedan algunos años para tener adolescentes en casa, por lo que esto que voy a escribir parte de la idea que yo tengo de lo que me gustaría transmitirles, pero adelanto que no lo he llevado a la práctica todavía.

Pero también puedo ponerme en el papel de adolescente y escribir los consejos que me habría gustado recibir en su momento (tal vez los recibí y tenía la cabeza demasiado estrecha para que se asentaran dentro, no nos vamos a engañar…)

SÉ BUENA PERSONA: Actúa como sabes que debes actuar. Como te gustaría que actuasen contigo. Haz lo que sabes que es bueno por el mero hecho de que es lo correcto. Sé un agente del bien y verás que tu vida mejora drásticamente. Y también verás que recibes mucho bien a cambio.

TU ENTORNO IMPORTA: La gente con la que te rodeas te moldea y te define. Sé selectiva con quién pasas tu tiempo. Entiendo perfectamente que ahora tus amigos son tu mundo y quieres sentir que formas parte de un grupo, pero no renuncies a ti misma por contentar a otros o buscar su aceptación.

Eres la dueña de tu vida, y la única con la que tendrás que rendir cuentas. Piensa siempre si las personas que te rodean te hacen mejor o te empeoran. A veces es mejor estar sola que mal acompañada.

ERES TU RESPONSABILIDAD: Entiende que todo lo que haces tiene consecuencias, y puedes ejercer tu libertad (que es mucha) pero no estarás exenta de ellas. Querer hacer lo que te da la gana y no aceptar lo que recibes a cambio es imposible. Y es el camino para el sufrimiento y el rencor.

Cada acción tiene una reacción. Asegúrate de tener eso claro y pensar detenidamente si estás dispuesta a pagar el precio.

TEN CLAROS TUS LÍMITES: Aprende a decir que no. Aprende a poner distancia y asegurar que la respeten. Ten claros tu valores, tus principios y no dejes que la gente se apropie de ellos ni que los ignore.

CUIDA TU SALUD: Ahora eres joven y no eres consciente de su importancia, pero la salud es uno de los pilares fundamentales sobre el que se apoya una buena vida. La gente sana tiene mil deseos. La gente enferma solo uno.

Entrena, muévete, come bien, busca momentos de desconexión y duerme lo necesario.

NO ERES UNA VÍCTIMA: No sientas autoindulgencia ni lástima por ti misma. Jamás. No compres el discurso victimista que te venderán por activa y por pasiva. Una vez abres esa puerta por primera vez…cada vez es más fácil abrirla. Y llega un momento en el que es imposible cerrarla.

Llegará un punto en el que te perderás a ti misma y no serás capaz de diferenciarte de tus miserias y tus fantasmas. Te engullirán y te convertirás en una persona frágil y débil, que llora y se queja, pero no hace nada al respecto.

NO PASA NADA POR FALLAR: Es mejor hacer y fallar que no hacer nada. Las únicas personas que logran el éxito en lo que se proponen (sea lo que sea) son aquellas que se arriesgan a fracasar.

El fracaso es un aprendizaje, no una sentencia. Y no es lo mismo fracasar que ser una fracasada. Levántate, sacúdete el polvo, aprende de lo ocurrido y vuelve a intentarlo.

TAMPOCO PASA NADA POR SENTIRSE PERDIDA: Es normal que no tengas claro lo que quieres hacer en tu vida. Yo tampoco lo tenía a tu edad. Pero yo cometí el peor error del mundo: quedarme quieto lamentándome de lo perdido que estaba.

La mejor solución para dejar de estar perdido y encontrar lo que te gusta es hacer cosas. Muchas cosas.

TRÁTE BIEN: Eres la única persona con la que pasarás el resto de tu vida, por lo que intenta tener la mejor relación posible contigo misma. Háblate bien, sé comprensiva, cuídate, entiéndete y respétate.

Estos serían algunos de los consejos que intentaré dar a mis hijas y que me habría gustado recibir. Obviamente pasarán de mi cara, pero al menos yo tendré la conciencia tranquila.

NO SOLO ES LO QUE HACES: Nos centramos en añadir cosas a nuestra vida y a hacer más, pero tan importante es lo que haces como lo que no haces. Dejar de hacer cosas que claramente te perjudican es una de las cosas más importantes que puedes hacer, porque te quitas una fuente de problemas y, además ,dejas espacio y energía para hacer más de lo bueno. Doble beneficio.

NO ESTÁS SOLA. Tu madre y yo siempre, SIEMPRE estaremos ahí para lo que necesites. Eso es una promesa.

Me podría pasar días escribiendo sobre este tema.
Tal vez lo haga para un próximo libro de paternidad…

Hoy quiero compartir por aquí una de mis canciones favoritas.
Nuvole Bianche de Ludovico Einaudi.

Simplemente es PERFECTA.
Si no la habéis escuchado nunca, espero que os guste. Y os envidio, porque me encantaría poder volver a escuchar esta canción por primera vez.

¿Qué es más importante? ¿La técnica o el peso que mueves?

La respuesta es, obviamente, la técnica. La gente se obsesiona con el peso y con levantar más kilos, pero para ello suele renunciar a una calidad técnica que asegura problemas a largo plazo.

Una buena técnica es aquella que:

– Reduce el riesgo de lesión todo lo posible.
– Estimula correctamente la musculatura que quieres trabajar.

Aceptando que no hay una técnica idéntica para todo el mundo, esas deberían ser las premisas.

Veamos el primer punto. A medida que estás realizando una serie es probable que, debido al aumento de fatiga y la cercanía del fallo muscular, la técnica del ejercicio empiece a romperse y cada repetición sea más fea que la anterior, haciendo cada vez más contorsiones para poder levantar la barra.

El problema es que la sobrecarga progresiva, aún siendo imperativa, nunca debe darse a expensas de realizar una técnica incorrecta, pues la probabilidad de lesionarse aumenta drásticamente. Mover cada vez más peso haciendo una técnica peor es una receta para el desastre.

El segundo punto también es crucial. Una buena técnica es aquella que, teniendo en cuenta tus proporciones corporales y rango de movimiento, te permite realizar el ejercicio de la forma más segura posible y estimulando al máximo tu musculatura.

Es muy común que, a medida que vas cargando más kilos en la barra cegado por el ego, el rango de recorrido vaya disminuyendo paulatinamente, ya que no eres capaz de mover esa carga en las mismas condiciones técnicas. Es importante que entiendas que esto es principalmente un alarde de ego y que te estás engañando a ti mismo. Aunque no te des cuenta, no estás aplicando una sobrecarga progresiva verdadera.

Recuerda: la sobrecarga progresiva es un aumento constante del estímulo que reciben los músculos. La palabra clave aquí es estímulo. El músculo no entiende de kilos, sino de estímulos. En este caso, entiende la tensión que se le aplica en un ejercicio en concreto.

La sobrecarga progresiva, ya sea en forma de más kilos en la barra, más series o más repeticiones, es un medio para lograr ese aumento de tensión siempre que las condiciones sean las mismas y la técnica se mantenga constante a medida que el peso aumenta.

¿Qué crees que estimulará más tu pectoral: una serie de press banca con 70 kilos a 8 repeticiones y llegando cerca del fallo, pero con un recorrido completo y técnica impoluta? ¿O un press banca con 110 kg a 12 repeticiones pero cuyo recorrido es de apenas 5 cm? Obviamente, la primera; aunque en la segunda serie haya más kilos en la barra y te creas He-Man al acabar.

Sé extremadamente diligente con esto, ya que es muy fácil coger malos hábitos en cuanto a la técnica; y es muy difícil quitarlos una vez instaurados. Sé que quieres añadir más kilos en la barra lo antes posible, y que progresar puede volverse casi adictivo.

Pero entiende que todo eso es ego y que, a la larga, es muy probable que te cause problemas, ya sea en forma de menores ganancias musculares o en una mayor probabilidad de lesión. Una vez lesionado vienen los lloros y los lamentos, pero el daño ya está hecho.

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Publicado el 20 de julio de 2023Categorías: La Hermandad0 Comentarios on LA HERMANDAD – 20 de Julio de 2023

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Sobre el autor: Víctor

Me llamo Víctor y soy el creador de fitnessreal.es Llevo más de 12 años en el gimnasio y si de algo me he dado cuenta es que en el mundo del gimnasio y la nutrición lo que más abunda es la desinformación y los mitos absurdos. Por eso creé Fitness Real, para ayudar a la mayor cantidad de gente posible a no cometer todos los errores que yo sí he cometido y hacer más sencillo y gratificante un camino de por sí plagado obstáculos y sacrificios, pero aún así increíble y lleno de satisfacciones.

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