«La grandeza nace de pequeños comienzos»
Bienvenido a La Hermandad, la newsletter de Fitness Real.
Una newsletter dedicada exclusivamente a ayudarte a alcanzar la persona que sabes que puedes llegar a ser.
Espero que la disfrutes, que aprendas y que luego lo pongas en práctica.
Y gracias de corazón por estar ahí una semana más.
¡Empezamos!
Tercera semana hablando de como desarrollar un carácter fuerte. Anteriormente hemos visto los siguientes puntos:
- Asume la responsabilidad que te toca.
- Sal de tu zona de confort.
Hoy hablaremos de otro factor extraordinariamente importante:
SÉ COHERENTE ENTRE LO QUE DICES Y LO QUE HACES
Esto no tiene mucho misterio, la verdad. Si dices que vas a hacer algo, hazlo. Y si dices que no lo vas a hacer, no lo hagas. Punto. Tan fácil y tan difícil a la vez.
Este es uno de los puntos que, durante muchos años, he tenido más dificultades en cumplir, sin lugar a dudas.
Principalmente por querer quedar bien con otras personas y aceptar tareas o responsabilidades que, en el fondo, no quería hacer. No entendía que era mucho mejor decir que no inicialmente a decir que sí, que la otra persona contara conmigo, no estar a la altura y fallarle. Y fallarme a mí mismo, por cierto. Especialmente cuando sabía de sobra que ese acabaría siendo el desenlace de la situación.
Cuando hablo de la coherencia entre palabras y acción siempre me vienen a la cabeza los antiguos samuráis del Japón feudal, ya que una de las siete virtudes del Bushido (o camino del guerrero) se llama «Makoto», y significa honestidad y sinceridad absolutas.
Es decir, un samurái generalmente era alguien de pocas palabras, pero cuando decía que iba a hacer algo, no había nada que pudiera detenerlo en su camino, ya que su palabra estaba atada a su honor. No tenía que prometer o amenazar, porque el simple hecho de hablar formaba parte de la acción.
Hablar y hacer eran la misma cosa para él.
A día de hoy, las palabras tienen un valor muy reducido. De hecho, son gratis. Por eso hay tanta gente que habla y habla sin parar, pero no hace absolutamente nada para apoyar esas palabras. Hacen promesas vacías y en el fondo no pasa nada ni hay consecuencias que afrontar, porque todo el mundo da por sentado que no se van a cumplir. No siquiera el que las ha hecho.
Es como la típica dinámica de grupo de quedar a una hora determinada, pero todo el mundo sabe que todos llegarán tarde. Y en realidad no importa ya que nadie ha llegado a la hora en primer lugar. Es un pez que se muerde la cola.
Es muy triste si te paras a pensarlo.
Creo que tenemos que poner el rasero mucho más alto, especialmente para nosotros mismos. Si los demás no cumplen su palabra es asunto suyo, pero la responsabilidad de ser consecuente con lo que hemos dicho es únicamente nuestra.
Muchas personas me preguntan cómo ganar confianza en uno mismo. La coherencia y el respeto por uno mismo pueden ser perfectamente las primeras acciones a tomar para lograrlo, porque están enteramente en nuestro control y dibujan un camino recto hacia la autoconfianza.
Te planteo algunas preguntas:
Cuando confías en alguien ¿por qué lo haces? Probablemente porque sabes que no te va a fallar y te lo ha demostrado repetida veces. Es decir, la confianza requiere de evidencias.
¿Cómo pretendes, entonces, confiar en ti si no paras de demostrarte que no puedes fiarte de ti mismo? Si dices cosas que no cumples. Si no hay un mínimo de respeto por ti mismo y por lo que sale de tu boca.
Empieza a ser coherente.
Toma la decisión inamovible de que cuando digas algo, lo cumplirás.
Y si no, no lo digas.
Eso hará que hables menos, especialmente cuando se trate de cosas importantes, y eso no es malo. Una de mis máximas es: escucha el doble, haz el triple y habla la mitad.
Encontrarás una sensación de orgullo y dignidad hacia ti mismo.
Aprenderás a valorar el respeto y la coherencia a largo plazo en vez de querer complacer a corto plazo.
Empezarás a ver que eres una persona en la que puedes confiar, y cada vez que cumplas lo que dices estarás poniendo una pieza más que cimentará la persona que quieres ser.
Todo eso empieza por la coherencia.
Y repito, está bajo tu control.
PD: La primera vez que escuché la importancia de la coherencia entre palabras y acciones fue en un vídeo de Greg Plitt. Los que me seguís desde hace tiempo sabéis de sobra lo importante que fue para mí y el impacto que tuvo en mi vida. Buscando por youtube he encontrado justo el clip que escuché hace años y que aún hoy resuena en mi cabeza.
Es un short de Youtube, por lo que no puedo poner enlace directo, pero te lo dejo aquí, por si quieres echarle un vistazo.
Esta semana toca reflexionar sobre la coherencia en nuestras vidas.
- Piensa y haz una lista de todas las veces en el último mes que has dicho algo y no lo has cumplido.
- Reflexiona sobre cómo te has sentido al darte cuenta que no has respetado tu palabra y, por ende, a ti mismo.
- ¿Qué crees que habría pasado si hubieras cumplido con tu palabra?
- ¿Qué crees que habría pasado si no hubieras dicho lo que dijiste?
- ¿Por qué existe esa desconexión entre tus palabras y tus acciones? Reflexiona sobre los motivos que te llevan a no aplicar Makoto en tu vida.
Vas a enfrentarte a cosas difíciles de mirar a la cara, pero no tengas miedo de la verdad.
EL EGO ES EL ENEMIGO
RYAN HOLIDAY
Me gusta mucho leer a Ryan Holiday.
No todos sus libros me gustan por igual, pero cuando saca una nueva obra la leo, porque siempre le saco algo interesante. No hay ningún libro suyo que haya pensado «menuda pérdida de tiempo». Hoy hablaré de una de sus primeras obras: El ego es el enemigo.
Muchísimos problemas que sufrimos a diario surgen de un ego mal construido y frágil. Este tipo de ego es en el que se centra Ryan en este libro, y lo divide (como siempre) en tres partes:
- ASPIRACIONES
- ÉXITO
- FRACASO
El libro es una invitación a aprender de los errores de los demás y para entender que el ego puede hundirte hasta lo más profundo sin compasión. Las personas que se elevan hasta lo más alto suelen ser las que aprenden a controlarlo y a gestionarlo para que les sume, no les reste.
Hay una frase que dice «si pudieras darle una patada en el culo a la persona responsable de la mayoría de tus problemas… No podrías sentarte en un mes entero». Este libro habla de exactamente eso.
Buscamos enemigos y fantasmas fuera, cuando la realidad es que a menudo solemos ser nuestro peor enemigo, y por ego nos negamos a aceptarlo.
8/10 – EXCELENTE
El otro día el «descubrimiento semanal» de Spotify me entregó esta joya, llevo varios días escuchándola constantemente y quería compartirla con vosotros, porque creo que lo vale.
Es una canción que me pone de buen humor.
Que me llena de ilusión.
Que me carga las pilas.
Como buena persona altamente sensible que soy, la música me genera muchas emociones y la vivo con gran intensidad, pero espero que esta canción os guste tanto como a mi.
Como siempre: auriculares a tope, sin distracciones y a gozar.
Otra semana, y otra charla interesantísima. Esta vez, de la mano de Santiago Bilinkins, que explica la manipulación que sufrimos a causa de las redes sociales. Ya sabes lo crítico que soy con ciertos aspectos de las mismas y, si bien es cierto que son una herramienta increíble para ciertos propósitos, también creo que llevamos muchos años alimentando a un monstruo que ya no tenemos la capacidad de controlar. Y cada vez está más fuera de dudas.
Santiago lo explica meridianamente claro en menos de 20 minutos. Échale un vistazo a la charla y reflexiona con sinceridad sobre ella.
PREGUNTA:
Víctor ¿Qué 3 mejores consejos se le puede dar a un hijo?
RESPUESTA:
Después de pensarlo detenidamente he logrado establecer una suerte de «podio» con los 3 consejos que intentaré inculcarles a mis hijas. Bajo ningún concepto son los únicos, pero a día de hoy creo que son los más importantes.
ERES LO MÁS IMPORTANTE DE TU VIDA.
Debes tener claro que eres la única persona con la que pasarás el resto de tu vida, por lo que es de tu interés cuidarte, comprenderte, hablarte bien, quererte y, en definitiva, tener una buena relación contigo. Debes verte como una prioridad y como alguien en quien siempre podrás contar. De esto dependerá, en gran medida, la calidad de tu vida y la calidad de las relaciones con los demás.
Si no estás bien contigo, no lo estarás con los demás.
Si no te quieres, no podrás querer.
Si no te cuidas, toda tu vida se teñirá de ese descuido que sientes por ti misma.
Si no te priorizas, acabarás siendo una mala compañía para ti misma, y eso significa que harás todo lo posible para no estar sola, por lo que es probable que elijas a tu entorno/amigos/pareja simplemente para estar acompañada, no por el valor que te aportan.
Recuerda, debes sentirte completa por ti misma.
Solo entonces podrás establecer una relación plena con el mundo.
ACEPTA LA RESPONSABILIDAD QUE TE TOCA.
Eres libre de elegir y actuar, pero no eres libre de las consecuencias de tus decisiones y acciones.
En esta vida todos tomamos centenares de decisiones, y algunas son buenas, otras neutras y otras malas. Pero cada una de estas decisiones tiene consecuencias y debemos estar preparados para aceptarlas.
Si quieres mejorar tu vida de forma significativa, tienes que abandonar la costumbre de escurrir el bulto y creer que lo que ha ocurrido no va contigo. Porque sí que va contigo. Desde el principio hasta el final.
Debes tomar una actitud proactiva y aceptar que la persona que eres hoy es una consecuencia directa de lo que has hecho hasta el momento, y que tienes mucho que decir y hacer para mejorar tu situación y cambiar la persona que serás en un futuro.
Recuerda que la persona que serás dentro de cinco años depende en gran parte de la comida que comes hoy, los libros que lees hoy, el entrenamiento que haces hoy, las personas de las que te rodeas hoy y los hábitos que implementas hoy.
La responsabilidad es tan imperativa que incluso se podría argumentar que la capacidad de encontrar un propósito en la vida es directamente proporcional a la cantidad de responsabilidad que podemos cargar a nuestras espaldas. Sin responsabilidad, es posible que no haya significado ni propósito. Viktor Frankl hablaba de la responsabilidad como la carga que nos sostenía derechos a todos.
Recuerda, eres tu propia responsabilidad.
No la delegues a nadie.
Y por cierto, que no sea tu culpa no quiere decir que no sea tu responsabilidad. Puede haber ocurrido algo terrible en tu vida que no haya tenido nada que ver con tus acciones pasadas, pero sigue siendo tu responsabilidad cómo respondes a ese evento, cómo lo enfocas y qué aprendizajes sacas.
NO ERES UNA VÍCTIMA
(Este consejo está especialmente dirigido a mi segunda hija. Sé que tarde o temprano deberé tener esta conversación con ella)
Jamás cometas el error de sentir pena por ti misma y creer que eres una víctima. Crea adicción. Y hay mucha gente que te dirá lo que quieres escuchar, pero debes ser fuerte y no ceder ante esos cantos de sirena.
La vida no es justa.
Lo sé.
Y sé que lo sabes.
Tienes una enfermedad que no has pedido, y es algo con lo que deberás vivir para siempre. Pero esta es la realidad, debes aceptarla y hacer lo que puedas con lo que tienes. De nada sirve sentir rencor porque tu vida no es como te gustaría que fuera, puesto que cegada por ello te perderás todo lo bonito que tiene que ofrecerte. Que es mucho.
La mentalidad de víctima debilita.
Y la debilidad, victimiza.
La debilidad nunca ha sido una virtud. El victimismo puede parecerte una salida fácil e incluso cómoda, pero detrás de este bienestar cortoplacista únicamente hay dolor y sufrimiento sin propósito ni dirección. Acepta la situación con la cabeza alta, estate orgullosa de ti misma y mira a la vida de frente.
Ten dignidad por ti misma.
Date el respeto que te mereces y jamás caigas en la autoindulgencia.
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Sobre el autor: Víctor
