LA HERMANDAD – 29 de Febrero de 2024

Bienvenido a La Hermandad, la newsletter de Fitness Real.

Una newsletter dedicada exclusivamente a ayudarte a alcanzar la persona que sabes que puedes llegar a ser.

Espero que la disfrutes, que aprendas y que luego lo pongas en práctica.
Y gracias de corazón por estar ahí una semana más.

¡Empezamos!

La reflexión de hoy tal vez te parece directa. 
Es probable que te parezca una hostia de realidad.
Y tal vez te pones a la defensiva.
Pero te prometo que la he escrito desde el corazón para hacerte pensar e intentar que reacciones.

Vamos a ello.

Hoy es 29 de febrero.

Este año tiene un día más (más abajo te explico por qué hay un día más, por si lo desconoces) y en muchos países este día es especial. Por ejemplo, en Estados Unidos se conoce como «Leap Day», y para los americanos es una auténtica celebración. Un regalo de 24 horas adicionales que deciden aprovechar al máximo.

Hay festejos.
La gente elige este día para proponer matrimonio a sus parejas.
Los colegios no hacen clase ese día.

Vamos, que el día se aprovecha como es debido, y eso se debe a que la gente entiende que tener 24 horas adicionales es un verdadero obsequio. En el fondo todos sabemos que el tiempo es lo único que nadie puede tener más del que le toca.

Puedes ganar más dinero, estatus, fama, seguidores y lo que quieras, que aún así no vas a poder comprar ni un segundo más del que te pertenece. Y eso convierte el tiempo en el activo más importante del que disponemos.

Sin embargo… ¿Qué ocurre con los otros 365 días del año?

Me sorprende la cantidad de gente que entiende la importancia que tiene un día adicional cada 4 años, pero se olvida de los 365 días que tiene a su disposición cada año y que decide tirar por la borda de forma sistemática.

¿Acaso esos días no son igual de importantes?
¿No son regalos que la vida nos ofrece y que debemos aprovecharlos como es debido para labrar algo de lo que estemos orgullosos?

La gente quiere vivir una buena vida. 
Creo que es justo decir que todo el mundo, en el fondo, desea eso.
Vivir una vida con significado, que les haga sentir plenos y que, llegado el momento, en el ocaso de su existencia, puedan partir de este mundo con satisfacción y paz. 

Que miren atrás una última vez, sonrían y piensen «He vivido bien».

Pero, a pesar de que ese es el objetivo de la mayoría, se olvidan de algo muy obvio. La vida no es más que una consecución de días. Y si quieres vivir una buena vida, debes esforzarte por encadenar muchos buenos días.

Como vives cada uno de tus días es una extrapolación de como vives tu vida.
Deja de vivir cada día como si fuera un accidente y empieza a hacerlo como si fuera una elección.

La gente tiene miedo a la muerte. Y es normal que lo tengas cuando en el fondo sabes que si sigues por el mismo camino en el que te encuentras llegará el final de tu vida y no habrás empezado a vivir siquiera.

Sinceramente creo que esta es una de las principales razones por las que la gente tiene tanto miedo a envejecer y a morir. Tienen pánico a que, llegado el momento, miren hacia atrás y solo vean oportunidades perdidas y remordimientos. Y darse cuenta que ya no pueden hacer nada. Que las oportunidades se han acabado. Que el tiempo se les ha agotado.

Joder, qué miedo me da eso. 
Me da verdadero pánico.
Y creo que a ti también debería dártelo.
Debes notar esa sensación de que el tiempo se te escapa de las manos o nunca reaccionarás y harás algo para cerrar los puños.

La gente no vive.

Experimenta el mismo año anodino y desprovisto de pasión, propósito, significado y crecimiento 50-60 veces seguidas y después se muere.

Durante esta travesía aburrida y gris aprovecha un par de días a la semana para desfasar y evadirse de su realidad. Luego se pasa un día entero quejándose de que al día siguiente tiene que volver a empezar la rueda.

Una vez al año se le permite alargar esos días de fiesta un par o tres de semanas y lo llama vacaciones, para luego experimentar una verdadera depresión al volver a pisar su realidad. Esto es la normalidad. Lo que hace la mayoría de gente. Y lo llama vida.

Trabaja en un sitio que aborrece.
Se compra cosas que no necesita.
Intenta impresionar a gente que detesta o que directamente no conoce.
Se casa con alguien que no quiere simplemente para no estar solo.
Tiene hijos porque es lo que hay que hacer.
Consume información que le enerva o que le hace sentir como una mierda.
Come alimentos que le enferman.
Tiene hábitos que lo anestesian.
Y tiene miedo a la muerte.

Lógico ¿no te parece?

Y ojo, no te equivoques. Esto no va de mansiones, Lamborghinis, yates, tías casi en bolas y con más silicona que principios y fajos de dinero. Ya hablaré en una newsletter futura de este monumento al vacío espiritual que se está construyendo hoy en día en la mente de los más jóvenes.

Esto va de algo mucho más profundo. 

Va de sentido.
Va de significado.
Va de realización.
Va de plenitud y satisfacción.
Va de legado.

Tenemos que hacer algo.
Tenemos que tomar las riendas de nuestra vida.

Es importante. No solo importante, si no que además es urgente.
Y nadie lo hará por ti. No esperes que venga alguien a salvarte.

Solo vivimos una vez, y pasa en un suspiro. Aprovecha el tiempo que tienes, vive el día que tienes por delante. El día de hoy importa. De hecho, es lo único que tenemos. Sácale provecho, pues únicamente está en tu mano hacerlo.

Todo el mundo muere.
Pero no todo el mundo vive.

La semana pasada os pregunté lo siguiente: «¿Cuál ha sido el mejor consejo que os han dado en vuestra vida?»

Las respuestas han sido increíbles, y muchos de vosotros habéis tenido personas muy sabias a vuestro alrededor. Espero que las sepáis apreciar 😉

Nicolás dice: «Mi padre me dio el mejor consejo. Y decía lo siguiente: «La vida es simple, pero nosotros insistimos en complicarla«». Estoy muy de acuerdo con tu padre Nicolás.

Damián explica: «Creo que el mejor consejo ha sido el de mi madre, que sin tener estudios ni haber leído nada de estoicismo me dijo: Hijo, sé humilde y ayuda a quien lo necesite sin esperar nada a cambio«.

Tu madre sabe de lo que va la vida Damián.

Delia se sincera con algo muy personal: «Un consejo que he llevado conmigo y me ha ayudado mucho en mi vida me lo dio mi hermana cuando ya sabía que su enfermedad terminal era irreversible. Fue algo simple. Me dijo con énfasis: tú, cuídate. El cuidado y atención personal hacia uno mismo es lo que facilita un buen paso por la vida, poder asumir responsabilidades y poder cuidar a los demás. A menudo vuelvo a ver a mi hermana en mi mente que me repite esas palabras simples y que son mi guía».

Gracias de corazón por estas líneas Delia.

Malen comenta: «Me han dado muchos durante toda mi vida, pero hay uno que siempre le repito a mi hija en edad adolescente: «aprende a pedir perdón y dar las gracias». Me parece tan importante pedir perdón a tiempo, cuando te has equivocado o has hecho daño a alguien, esa otra persona necesita escuchar ese perdón. Y tan importante es saber agradecer desde un pequeño gesto al más grande, ya que te hace ser mejor persona. Espero que lo recuerde siempre.»

Sin lugar a dudas, dos valores bajo los que se construye una buena vida.

Blanca responde sin tapujos: «Mi consejo más útil es el siguiente: Aporta o Aparta».

100% de acuerdo contigo Blanca.

Gracias por todos los que habéis compartido vuestra sabiduría con La Hermandad, como siempre. Es un placer ver lo mucho que os involucráis en esta sección ^^

La pregunta de esta semana está muy relacionada con la reflexión que encabezaba la Newsletter:

«Si hoy fuera tu último día… ¿Estarías satisfecho con la vida que has vivido?»

Con ganas de leer vuestras respuestas.
Ya sabéis que las leo todas ^^

Si queréis compartir vuestra reflexión, simplemente responded a este correo desde aquí.

Esta semana he visto The Gentlemen, una película que hacía mucho tiempo que tenía ganas de ver, pero que entre pitos y flautas vas dejando y nunca lo acabas haciendo.

Y debo decir que me ha encantado, por lo que os la recomiendo encarecidamente.

Guy Richie me gusta mucho como director, tiene un estilo característico que a mí personalmente me encanta. La película tiene un argumento interesante y dinámico. También sale Matthew McConaughey, que me parece un actorazo extremadamente infravalorado.

Pero la joya de la corona es para Colin Farrell, que como siempre está impecable y que, con apenas 10 minutos totales de metraje, se come cada escena en la que sale.

Muy recomendada.

8/10 – SOBRESALIENTE

Seguimos con el bueno de Mateo.

Me parece un tío super interesante.
Tanto a nivel personal, como a nivel profesional.
Y su libro me gustó bastante.

No son pocas las veces que la gente me envía discursos o vídeos suyos diciéndome algo parecido a «he visto esto y me he acordado mucho de ti». Y es que es verdad, tenemos una manera muy parecida de entender la vida. Responsabilidad, esfuerzo, constancia, coherencia…

El vídeo que os adjunto a continuación es una pequeña parte de 6 minutos de un discurso que dio en la Universidad de Houston hace unos 4-5 años en la que explicaba varias lecciones que había aprendido a lo largo de su vida.

Si os gusta lo que dice en este vídeo, os recomiendo encarecidamente que busquéis la versión completa porque tiene algunas joyas que remueven por dentro.

PREGUNTA:
Víctor, ¿cómo mejorar nuestra autoestima?

RESPUESTA:
La autoestima es uno de esos conceptos troncales dentro del desarrollo personal, y básicamente es la evaluación y el aprecio que una persona tiene de sí misma. Una buena autoestima es la experiencia de ser competente para enfrentar los desafíos básicos de la vida y ser digno de felicidad.

La autoestima es importante.
De eso no cabe duda.

Sin embargo, estamos en una época en la que la gente tiene una idea equivocada de lo que significa y, sobre todo, cómo se consigue.

Hoy en día el individualismo está a la orden del día, y muchas personas buscan como objetivo principal en su vida quererse por encima de todo, y creo que la postura más responsable respecto a este tema es ver la autoestima como una consecuencia de seguir una vida “virtuosa” por así decirlo, más que como una causa o un fin en sí mismo.

Buscar la autoestima por encima de todo y como fin último puede llegar a traer efectos negativos, como personas que son incapaces de tolerar las críticas o los reveses de la vida, e incluso personas que acaban teniendo una percepción de ellas mismas completamente irreales. No olvidemos que los narcisistas tienen una alta autoestima, aunque no esté arraigada en la realidad.

Es importante remarcar que, tal y como comenta el psicólogo Ray Baumeister, la autoestima es una percepción, más que una realidad. Que tú te percibas de una determinada manera no dice nada sobre si eres realmente así o no. Y esta es una diferencia muy importante.

Por lo tanto, la mejor manera de mejorar nuestra autoestima es darte pruebas de que eres una persona que merece y se ha ganado esa autoestima. Es una consecuencia de ciertas acciones que puedes tomar en tu día a día y que acabarán creando, de forma irremediable, un buen autoconcepto y una estima por quien eres.

¿Y cómo logramos eso?

Según Nathaniel Branden, el autor de uno de los libros más importantes de esta temática, hay que respetar seis prácticas.

1. La práctica de vivir consciente: Es decir, saber quién eres y tener una idea clara de tu persona.
2. La práctica de la aceptación: Aceptarte plenamente, con tus luces y tus sombras.
3. La práctica de la responsabilidad: La capacidad de aceptar la responsabilidad que nos toca de nuestra vida, de nuestras acciones y decisiones es un gran primer paso para una buena vida. Para mejorar tu existencia. Para una mejor autoestima.
4. La práctica de la autoafirmación: Entender que tus deseos, necesidades, opiniones y valores sin importantes y encontrar una manera adecuada de expresarlos en la realidad. Es comprender que tu valía solo te pertenece a ti y saber que uno no está aquí para vivir de acuerdo con las expectativas que las demás personas tienen de ti. Es no tener miedo a ocupar tu propio espacio.
5. La práctica de vivir con propósito: Estar alineado con tu propósito y sentir que cada acción que realizas tiene un sentido a un nivel mayor es imperativo.
6. La práctica de la integridad personal: La integridad es el resultado de la alineación entre tus palabras, acciones, valores y creencias. La vida no va de ser perfecto, sino de sentirse completo. Y te sientes completo, íntegro y alineado con tu propia esencia cuando la persona que quieres ser es la persona que estás siendo.

De forma resumida:

• Conócete.
• Acéptate.
• Actúa con responsabilidad.
• Busca la autoafirmación.
• Vive con integridad.
• Sé fiel a tu propósito.

Y verás como tu autoconcepto y la relación contigo mismo mejorará drásticamente.

Hoy es el primer 29 de febrero en el que envío esta newsletter, y me encantaría aprovechar este evento poco frecuente para explicarte algo que tal vez no sabías y que me parece super interesante.

¿Sabes por qué existe un día adicional en febrero cada 4 años?
Probablemente sabes lo básico, pero en realidad todo esto del 29 de febrero es mucho más complejo de lo que la mayoría cree.

Te cuento.

Un año normal tiene 365 días, que es el tiempo que la Tierra tarda en dar una vuelta completa al sol. Pero en realidad eso no es cierto. La Tierra tarda un poco más en hacer esa vuelta. Exactamente 365,25 días. Cada año tiene 6 horas adicionales.

Esto en la antigua Roma ya se sabía, y en el calendario Juliano (que es el que instauró Julio César y el que se utilizaba en esa época) se decidió ignorar esas 6 horas extra de cada año y juntarlas cada 4 años, creando un día completo y añadirlo al mes con menos días. Es decir, febrero.

Tal vez sabías eso.
Pero el tema no acaba ahí, porque la cosa se complica.

Resulta que un año en realidad no son 365,25 días.
Es un poco menos.
Son 365,2425 días.

Y eso tiene implicaciones importantes, ya que al añadir un día entero cada 4 años en realidad estás añadiendo de más. Cada 4 años añades un día entero…y un poquito más. Parece poco, e incluso irrelevante, pero con el pasar de los años esto se va notando.

El equinoccio de primavera (que suele caer en 21 de marzo) empezó a cambiar de día debido a eso. Varios días, de hecho. En 1582 el equinoccio de primavera se había trasladado al 11 de marzo debido a los problemas ocasionados por añadir un 29 de febrero cada 4 años.

Con el calendario Gregoriano arreglaron esa sobre-corrección. El papa Gregorio XIII decidió retirar de ese mismo año 10 días enteros del mes de octubre (se pasó del 4 al 15 de octubre) para volver a poner el equinoccio en el sitio que le tocaba, y se decretó que cada 100 años se retiraría un 29 de febrero.

De esa manera se podría corregir ese extra de tiempo que se añade con cada 29 de febrero.
Esa es la razón por la que el año 1700 no tuvo 29 de febrero aunque le hubiera tocado.
Ni el 1800.
Ni el 1900.
Ni el 2000.

Espera…el año 2000 sí que tuvo un 29 de febrero.
¿Por qué?

Pues porque retirar un 29 de febrero cada 100 años en realidad estás quitando demasiado poco. No es exacto, y se dieron cuenta que para que todo acabara de cuadrar se tenía que añadir un 29 de febrero cada 400 años. O, mejor dicho, no retirar un 29 de febrero.

Es decir, cada 4 años se añade un día.
Cada 100 años se retira un día.
Cada 400 años se añade un día.
Y entonces el calendario sí que es exacto*

¿Conocías todo esto?

Cuando lo aprendí me pareció una auténtica locura, sobre todo teniendo en cuenta que todo eso se calculó cuando todavía no se había inventado el telescopio. Es decir, todo esto fue a base de observación con los ojos, mediciones y cálculos.

Me parece fascinante.

*En realidad sigue sin ser exacto del todo, ya que genera un día extra cada 3030 años, pero esto es un problema para dentro de muchos años…