«La grandeza nace de pequeños comienzos»

Bienvenido a La Hermandad, la newsletter de Fitness Real.

Una newsletter dedicada exclusivamente a ayudarte a alcanzar la persona que sabes que puedes llegar a ser.

Espero que la disfrutes, que aprendas y que luego lo pongas en práctica.
Y gracias de corazón por estar ahí una semana más.

¡Empezamos!

Hoy me voy a tomar un pequeño descanso de la serie de newsletters dedicadas a desarrollar un carácter fuerte, porque hace poco ha ocurrido algo que me ha hecho reflexionar largo y tendido sobre la presencia y la gratitud. Dos de los valores más importantes para mí, sin lugar a dudas, y quería compartirlo con vosotros.

Esto va a estar centrado en la paternidad inicialmente, pero no os preocupéis porque se puede aplicar a la vida en general si no tenéis o no queréis tener hijos. La lección de hoy es para todos.

¡Vamos a ello!

Ha ocurrido. Mi mujer y yo sabíamos que era cuestión de semanas, y hace tres días finalmente sucedió.

A mi hija pequeña le está empezando a salir su primer diente.

Tal vez ahora estás pensando que esto es una auténtica chorrada, pero no lo es. Déjame explicarte todo lo que implica y tal vez te sorprendas.

La sonrisa sin dientes de un bebé es de las cosas más bonitas que hay. Creo que cualquier padre o madre estará de acuerdo con eso. Tan inocente, tan tierna, tan pura…

Y se ha ido.
Para siempre.

Esta sensación de tristeza ya la experimenté con mi primera hija, pero en el fondo sabía que tarde o temprano mi mujer y yo tendríamos otra hija, por lo que había un resquicio de mí que confiaba en que no sería la última vez.

Pero ahora sí que ya no lo volveré a ver nunca más.

Tenemos claro que no tendremos más hijas (ni hijos, aunque yo al parecer solo sé hacer niñas), por lo que hace tres días que vi esa sonrisa tan bonita por última vez en mi vida. Y eso me hizo reflexionar, ya que la paternidad es un sinfín de «últimas veces».

La última vez que ves una sonrisa sin dientes.
La última vez que gatean.
La última vez que dicen una palabra mal.
La última vez que piden que las cojas en brazos.
La última vez que quieren dormir abrazados a ti.
La última vez que corren a la puerta cuando llegas a casa.

¿Y sabes qué es lo más significativo de todo eso?
Que no sabes cuándo será.

Habrá un momento en que ocurrirá por última vez y ya está. Se ha ido para siempre. Ese pequeño lazo que os unía ya no estará, y más te vale haberlo disfrutado y valorado como se merecía, porque ahora solo será un recuerdo en tu mente.

La lección de todo esto (y lo que me han enseñado mis hijas) es estar presente en el momento y valorarlo todo como es debido. Porque la paternidad está llena de pequeñas despedidas inevitables, pero lo que sí se puede evitar es pasar por inercia por cada instante hasta que llegue ese final. Eso sí que está en la mano de cada uno.

Y obviamente esto no solo se aplica a tener hijos.
Esto se aplica a la vida.
La capacidad de entender que todo acaba y disfrutar de cada instante hasta entonces es nuestra responsabilidad. Es nuestro deber. De no hacerlo, la vida se empieza a agriar y todo se tiñe del color del remordimiento por no haber aprovechado los momentos pasados.

La gente quiere vivir una buena vida, pero se emperra en ir con el piloto automático por su existencia.
No tiene sentido, ya que la presencia es una condición imprescindible para tener una vida plena. Lo tengo clarísimo.

¿Sabes la frase «no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes»?
Tal vez se debería decir «sabes perfectamente lo que tienes, pero lo das por sentado y crees que nunca lo perderás».

Pero la reflexión no acaba aquí.
Porque esto puede parecer que tiene un tinte de tristeza, pero en realidad no.

Cuando a mi primera hija le salió su primer diente me entró esa tristeza que he mencionado al principio, pero lo más sorprendente es que ahora, con su boca llena de dientes, tiene la sonrisa más bonita que he visto en mi vida. Y no lo cambiará por nada. Se ríe con todo el cuerpo.

Y eso no lo podría experimentar si me hubiera aferrado a ese momento que no quería que acabara. A esa sonrisa sin dientes que no quería que se fuera.

La segunda lección que saqué de esto es que no hay que aferrarse al pasado y entristecernos porque ya se ha ido, ya que entonces no dejaremos paso a todo lo nuevo que está por venir. Y ese futuro, si lo dejamos, nos llenará de felicidad y gozo. Y eso es algo que no experimentaremos con plenitud si nos quedamos atascados en ese pasado que ya no está.

La vida está lleno de despedidas. De últimas veces. De cierres. De ocasos.
Pero también de inicios. De primeras veces. De bienvenidas. De amaneceres.

Tal vez ahora estás en un momento bajo.
Tal vez sientes que hay algo en tu vida que se ha ido.
Algo que no estabas preparado para soltar.
Querías un poco más, unos instantes más de conexión antes de decir adiós.

Pero te pido que levantes la vista y mires adelante.
El futuro puede ser maravilloso.
La vida puede ser increíble.
Pero tienes que poner de tu parte.
Acepta que el pasado no volverá.
Pero valora que existió y te marcó.
Quédate con lo bueno.
Libérate de lo malo.
Haz espacio para todo lo que llegará.
Porque llegará.
Te lo prometo.
Y debe encontrarte con los brazos abiertos.

Esta semana te pido que hagas la siguiente reflexión:

¿Estoy valorando y agradeciendo con plenitud todo lo que tengo en mi vida?
¿Estoy con el piloto automático puesto?
¿La tristeza que me suponen las separaciones se debe a que no he disfrutado lo que tenía hasta que ha sido demasiado tarde?
¿Cómo serían esas «últimas veces» si le hubiera sacado todo el jugo?

EL CLUB DE LAS 5 DE LA MAÑANA
ROBIN SHARMA

Si me sigues desde hace tiempo, sabes que soy una persona a la que le gusta madrugar mucho.
Llevo unos meses que, por horarios familiares, me es imposible hacerlo, pero creo que en breve podré volver a levantarme a la hora que más me gusta para aprovechar bien el día.

No es ningún secreto que el libro que me impulsó a hacerlo fue este. Es una obra que tengo siempre cerca y que suelo revisar de forma frecuente (lo he hecho estos últimos días) ya que sus enseñanzas resuenan conmigo de forma muy profunda y parte del éxito que he podido cosechar a día de hoy es gracias a ellas.

A pesar de eso, tengo una relación de amor/odio con esta obra, y eso hace que a veces me cueste recomendar su lectura. La razón es sencilla: las herramientas enfocadas a la organización y mejora de la productividad que se presentan en el libro son fantásticas, sin embargo están envueltas en una historia nefasta.

Robin Sharma, en vez de centrarse en lo importante y hacer un manual de «productividad» directo y al grano nos intenta vender la historia de una emprendedora y un artista en horas bajas que conocen a un multimillonario, y este comparte con ellos los secretos de su éxito.

Todas las lecciones que aprendes como lector son los que aprenden los dos alumnos del excéntrico magnate, pero la historia en sí…no hay por donde cogerla. Se me hizo muy pesada, larga, llena de clichés, escrita con muy poca gracia y llena de «chavales» y «colegas» que me sacaron mucho de situación.

No conecté con la manera de escribir de Sharma, y mucha gente me ha dicho que no es algo único de este libro. Sin embargo, tiene información muy interesante sobre organización y productividad.

Los 4 imperios interiores, la importancia de llevar un diario, la burbuja de concentración total, la regla del 90/90/10, la del 60/10, el sistema de diseño semanal, las técnicas de planificación de la mañana ideal y los rituales de sueño o la hiperfrontalidad transitoria son, entre otras, algunas herramientas muy útiles que yo mismo he podido aplicar a mi día a día. Y he visto los resultados, sin lugar a dudas.

MI RECOMENDACIÓN

El libro vale mucho la pena por la información que contiene.
La historia, por el contrario, me sobra muchísimo.

Puede que a ti te guste, pero si no te engancha es muy fácil hacer una lectura por encima del «relleno» y pararse detenidamente en las partes más informativas para sacarles todo el jugo.

Esas partes, además, están acompañadas de gráficos muy visuales que te ayudarán a asimilar mucho mejor toda la información presentada.

Un miembro de La Hermandad me compartió este vídeo a principios de semana y me dejó muy impresionado. No lo conocía, pero creo que vale la pena que forme parte de la newsletter, ya que creo que es un mensaje que necesita ser compartido.

Esperanza.
Sufrimiento.
Crecimiento.
Resiliencia.
Significado.
Perspectiva.

Ojo, hay algunos puntos en los que tal vez no estés de acuerdo.
Yo no lo estoy (si ves el vídeo tal vez sabes a qué me refiero), pero eso no quita que la historia de Nick no sea digna de ser escuchada con atención. Quédate con lo bueno que hay, que es mucho.

Espero que os guste y os cambie un poco el enfoque que tenéis en vuestra vida.

PREGUNTA:
Víctor, tengo mucha mierda en la cabeza y soy un poco desastre ¿Por dónde puedo empezar a mejorar?

RESPUESTA:
A todos nos ha ocurrido alguna vez que parece que todo en nuestra vida se pone de acuerdo para ponerse patas para arriba de golpe. Nuestra mente se empieza a llenar de basura y de ruido en consecuencia. Eso ocurre.

¿Qué hacer cuando estás en medio de la vorágine? Varias cosas:

1) Cálmate. A veces intentamos calmar la tormenta, y eso es imposible. Demasiadas cosas que no podemos controlar. En su lugar debemos aprender a calmarnos nosotros. La tormenta pasará. Porque siempre pasa.

2) No tomes ninguna decisión importante si lo puedes evitar. Cuando estás saturado, cansado, cabreado y angustiado por la situación es un muy mal momento para tomar decisiones. En especial aquellas importantes que puedan tener efectos a largo plazo. Espérate a que las cosas estén un poco más en su sitio.

3) Intenta desvincularte de la situación lo máximo posible y míralo como una oportunidad que la vida te está poniendo delante, y que tú decides si tomarla o no.

Sí, sé que es tópico y es más fácil decirlo que hacerlo, pero eso no le quita veracidad. En vez de estar pensando «joder, no es normal todo lo que ME está pasando A MI» piensa «está pasando esto ¿cómo puedo gestionarlo lo mejor posible y aprender algo en el proceso?».

A veces, incluso, el hecho de que ocurran varios problemas muy seguidos hace que los últimos parezcan mucho más graves porque ya venimos saturados de los primeros. Por lo tanto, en la medida de lo posible, mantén la objetividad y la distancia.

4) Examina y haz una lista con todo lo que tienes en la cabeza y divídelo en:

  • Importante/Urgente/Necesario/Irrelevante.
  • Bajo mi control/Fuera de mi control.
  • Me suma/Me resta.

Haciendo este ejercicio podrás ver claramente qué cosas son necesarias que almacenes en tu mente y cuales solo ocupan un espacio valioso y no te aportan nada a cambio.

5) Vigila como te hablas. Cuando dices «soy un poco desastre» estás modificando tu realidad para ser como crees que eres. Y buscarás pruebas que confirmen la idea que tienes de ti mismo. Como te hablas te define. Las palabras tienen una importancia difícil de explicar, por lo que intenta cambiarlas para que te debilite lo menos posible.

6) Medita. En serio, medita. Tómatelo en serio, porque la quietud y la paz que te otorga la práctica meditativa constante es difícil de explicar. Se requiere poco tiempo al día y es completamente gratuita.

Para empezar, limpiará tu cabeza de esa mierda que se cuela en tu interior y que está muy vinculada con la situación exterior. Eso te permitirá crear espacio en llenarlo de cosas positivas y que te aporten. También aumentará el espacio que hay entre lo que ocurre y cómo reaccionas a lo que te ocurre.

Y eso…es una habilidad impagable.
Créeme.

7) Cambia de aires. A veces la mierda que tienes en la cabeza viene de las personas con las que pasas tiempo, el contenido que consumes, las cuentas que sigues, el ruido que tienes en tu vida en general. Cambia de aires. Cambia lo que te rodea y te prometo que notarás un cambio en ti.

8) Haz revisión. Cuando las aguas se calmen y tu mente recobre un poco la paz, revisa lo que ha ocurrido. ¿Qué puedes hacer para evitar que se repita en el futuro? ¿Qué habrías hecho diferente? ¿Qué lecciones has sacado?

Libro súper recomendado sobre el tema: El obstáculo es el camino.
Sobre la meditación, lee este artículo.

En el Preguntas y Respuestas de esta semana me preguntaron cómo poder evitar la pérdida de masa muscular tras una operación y no volverse loco en el proceso.

Vamos directos a los puntos más relevantes:

NO ESTAR EN DÉFICIT
La idea de comer menos porque estamos sin entrenar es muy llamativa, pero ten en cuenta que el cuerpo requiere de calorías y nutrientes para la recuperación. De hecho, se podría justificar que el gasto energético total estaría ligeramente elevado debido a esa recuperación, pero simplemente te recomendaré que no reduzcas mucho las calorías.

Ponte en mantenimiento, ya que además estar en déficit sin entrenar es una manera estupenda para perder masa muscular. Cosa que no queremos.

CONSUMIR SUFICIENTE PROTEÍNA
Debido a la inactividad, es importante al menos aportar suficiente proteína para que no exista una degradación proteica muscular significativa. Tampoco hace falta que te cebes a proteína como si no hubiera un mañana, pero con 2 gramos de proteína por kilo de peso total será más que suficiente.

ALIMENTACIÓN DE CALIDAD
Asegúrate de darle a tu cuerpo suficientes micronutrientes y fibra para que la recuperación se optimice. Potencia el consumo de omega-3, ya sea mediante fuentes animales o vegetales.

HIDRÁTATE
Bebe agua. No hace falta que te ahogues, pero una buena hidratación hará que la recuperación sea más fluida (¿has visto el juego de palabras ahí?).

SUPLEMÉNTATE
La creatina puede ser un añadido interesante para retener masa muscular en este proceso. Tal vez el HMB tendría cierto sentido en este contexto.

DUERME
El descanso es un gran aliado. No escatimes horas de sueño profundo y de calidad. Las necesidades de sueño pueden verse aumentadas al lidiar con una lesión importante, por lo que escucha a tu cuerpo y dale lo que te pide.

HAZ LO QUE PUEDAS CON LO QUE TENGAS
Sé responsable y no hagas el cabra si tu lesión no te lo permite, pero haz todo lo que puedas de forma segura. Si tienes una lesión en la pierna, entrena el torso. Y viceversa. Cualquier estímulo ayudará a retener masa muscular y a potenciar la recuperación. Se ha visto que entrenar (sin implicar la zona afectada) hace que la recuperación sea más veloz.

NO PASA NADA
Si no entrenas durante un tiempo no pasa absolutamente nada. Cuesta mucho más de lo que la gente cree perder una cantidad significativa de masa muscular, especialmente si sigues los pasos anteriores. Lo peor que puedes hacer es regodearte en la incapacidad que tienes ahora de hacer lo que hacías antes.

Acepta que ahora la situación es la que es.
Céntrate en recuperarte con cabeza.
Usa el tiempo que antes dedicabas a entrenar en hacer algo que te sume y para lo que antes «no tenías tiempo».

Cuando estés al 100% volverás a estar como antes en muy poco tiempo.

¡Mucho ánimo y espero que te recuperes pronto!

«La vida es una obra teatral que no importa cuánto haya durado, sino lo bien que haya sido representada».
Séneca
Libro Conquista Tu Físico

conquista tu físico

EL LIBRO QUE TE ENSEÑARÁ TODO LO QUE NECESITAS SABER PARA LOGRAR TU MEJOR VERSIÓN FÍSICA.

Publicado el 29 de junio de 2023Categorías: La Hermandad0 Comentarios on LA HERMANDAD – 29 de Junio de 2023

COMPARTE ESTE ARTÍCULO

Sobre el autor: Víctor

Me llamo Víctor y soy el creador de fitnessreal.es Llevo más de 12 años en el gimnasio y si de algo me he dado cuenta es que en el mundo del gimnasio y la nutrición lo que más abunda es la desinformación y los mitos absurdos. Por eso creé Fitness Real, para ayudar a la mayor cantidad de gente posible a no cometer todos los errores que yo sí he cometido y hacer más sencillo y gratificante un camino de por sí plagado obstáculos y sacrificios, pero aún así increíble y lleno de satisfacciones.

Deja un comentario

He leído y acepto la política de privacidad

Información básica acerca de la protección de datos

  • Responsable: Víctor Reyes Llop
  • Finalidad: Gestionar los comentarios de los usuarios.
  • Legitimación: Consentimiento explícito del usuario.
  • Destinatarios: Nunca comparto información personal de mis usuarios con nadie, excepto para cumplir con la ley o en caso que cuente con tu autorización expresa.
  • Derechos: Solicitar el acceso a los datos personales relativos al interesado. Solicitar su rectificación o supresión. Solicitar la limitación de su tratamiento. Oponerse al tratamiento. Solicitar la portabilidad de los datos.
  • Más información: Puedes ampliar información acerca de la protección de datos en el siguiente enlace:política de privacidad