«La grandeza nace de pequeños comienzos»
Bienvenido a La Hermandad, la newsletter de Fitness Real.
Una newsletter dedicada exclusivamente a ayudarte a alcanzar la persona que sabes que puedes llegar a ser.
Espero que la disfrutes, que aprendas y que luego lo pongas en práctica.
Y gracias de corazón por estar ahí una semana más.
¡Empezamos!
Esta edición de «La Hermandad» está patrocinada por Fit Generation.
En Fit Generation están organizando la Velada Fitness, un evento gratuito de 4 días en los que Marcos Gómez, creador de Culturadegym y buen amigo mío, se encargará de dirigir 4 debates con grandes profesionales sobre temas muy controvertidos y sobre los que me preguntan constantemente:
– ¿Es la sentadilla el mejor ejercicio para pierna?
– ¿Cuántos huevos se pueden comer de forma segura a la semana?
– ¿Las mujeres deben entrenar igual que los hombres?
– ¿Cuál es la mejor rutina de entrenamiento?
Ya ves que los debates tienen miga y que buscan solucionar varias de las dudas más frecuentes que tienen los interesados en el fitness y la salud. Estoy convencido que será una dosis de conocimiento como pocas. Aparte de aprender y escuchar a varios referentes del sector defender sus opiniones y transmitir todo su conocimiento, tendrás acceso de por vida y de forma gratuita a las grabaciones del evento.
Esta Velada Fitness será del 4 al 7 de septiembre, por lo que ya quedan muy pocos días.
Más de 30.000 personas han acudido a las dos anteriores. ¿Nos vemos ahí?
Hace varias semanas que no hablamos de los pilares para forjar un carácter fuerte. Entre las vacaciones que me tomé y que han habido algunos temas he decidido priorizar, ha habido un parón importante. Hoy vamos a retomar esa lista, pero antes que nada veamos un pequeño resumen de los puntos que hemos desarrollado hasta ahora:
- Asumir la responsabilidad que te toca.
- Salir de tu zona de confort.
- Ser coherente entre lo que dices y lo que haces.
- Desarrolla disciplina.
- Aprende a perdonar y a no guardar rencor.
El sexto paso para desarrollar un carácter fuerte es, sin duda, buscar la verdad.
Esto es algo que he aprendido directamente de Jordan Peterson.
«EL CARÁCTER DE UNA PERSONA SE MIDE POR LA CANTIDAD DE VERDAD QUE ES CAPAZ DE DECIR, ASUMIR Y ACEPTAR».
Jordan Peterson es uno de mis grandes referentes. La octava regla de su libro «12 reglas para vivir» se llama «Di la verdad, o al menos no mientas», y es una de mis favoritas de toda la obra.
Llevaba pensando mucho tiempo sobre la importancia de decir la verdad, y nuevamente ahí estaba Peterson para poner en palabras una serie de pensamientos abstractos y poco definidos que pululaban por mi cabeza.
Una de sus mejores frases al respecto es la siguiente:
«Si dices la verdad lo mejor que puedas, lo que ocurra a continuación es lo mejor que podría haber ocurrido en esa situación, independientemente de lo que parezca a primera vista».
Gracias por otra lección, Jordan.
Creo de verdad que la mentira y el engaño son dos de los grandes impedimentos que existen para que una persona desarrolle un carácter fuerte, porque atentan directamente contra la integridad personal.
Para decir la verdad hay que tener coraje.
Para aceptar la verdad, también.
Y se necesita humildad. Mucha humildad.
¿Por qué mentimos? Por miedo, para no aceptar la realidad, para intentar ganar aprobación y agradar, para alcanzar nuestros objetivos de forma deshonesta…Ninguna me parece respetable.
¿Qué piensas de ti mismo cuando mientes? Escucha atentamente, porque te estás diciendo muchas cosas en esas circunstancias, a pesar de que te repitas a ti mismo que no lo oyes o te hagas el sordo.
Ahí va una dosis de realidad: la verdad que cuesta más decir y escuchar es tu propia verdad. Esa que te dices a ti mismo y que gana fuerza cuando estás en silencio. Esa voz que se activa cuando estás en la cama con la cabeza en la almohada y que te impide dormir. Esa voz que muchos llevan años intentando silenciar, pero nunca lo logran por completo. Siempre queda un pequeño eco de verdad resonando en nuestras cabezas.
Es por eso que la mayoría de gente no puede estar sola, ni en silencio, ni quieta. Porque sin estímulos y distracciones que lo evadan empezará a escuchar su voz interior, y muchas veces no tiene nada agradable que decir, ya que llevan ignorándola demasiado tiempo. Es por eso que la gente suele tener tantos problemas para dormir profundamente y en paz. Porque la mejor almohada es una conciencia tranquila.
Hemos escurrido el bulto, nos hemos tapado los oídos, hemos mirado hacia otro lado y ahora esas pequeñas verdades incómodas, que de haberlas atajado en el momento las podríamos haber gestionado con cierta facilidad, se han convertido en un monstruo al que no nos atrevemos a mirar a los ojos. Y el círculo vicioso se repite.
No dejes que eso ocurra.
Sé valiente.
Sé fuerte.
Mira la verdad a los ojos.
Y si delante tuyo tienes a un monstruo, plántale cara. No huyas, porque no llegarás a ningún lado. Ese monstruo es tu responsabilidad. Tú lo has creado y tú debes encargarte de él. Nadie más lo hará por ti.
Te aseguro que ese monstruo está amenazando tu bienestar. Puede que la idea de enfrentarte a él y las consecuencias que puedan derivar de ello te parezcan dolorosas, pero eso es a corto plazo. El dolor de ignorarlo y seguir alimentándolo es peor a largo plazo. Mucho peor.
Creo positivamente que, por mucho que nos intentemos engañar y convencer, en el fondo sabemos si algo es cierto o no. Sabemos si estamos siendo sinceros y honestos. Si estamos obrando bien o mal. Intentamos mentir a los demás y engañarlos porque creemos que, si logramos colársela, podremos hacer lo mismo con nosotros mismos. No funciona. Nunca.
Una persona con un carácter fuerte escucha esa voz interior todo lo posible. No huye de la incomodidad que supone y actúa en consecuencia. El camino entre la persona que eres y la persona que podrías ser está pavimentado con la verdad.
Mi madre me decía una frase muy cierta, y era la siguiente: «si no quieres saber la respuesta de algo, no lo preguntes. Si preguntas, acepta la respuesta».
La verdad es la que es.
No la que quieres que sea.
Y debes doblegarte ante su poder o vivir una mentira.
Y si quieres saber algo, debes estar dispuesto a que esa verdad choque de frente contra tus ideas, rebatirla y, si es necesario, adaptar tu pensamiento y opiniones.
Cuando buscas la verdad, el ego disminuye. No hay identificación con una serie de ideas que has asumido que son inamovibles y que, si alguien las cuestiona, te está cuestionando a ti de rebote y te sientes atacado.
La verdad te hará libre, pero destrozará cualquier cosa que no sea digna en el proceso.
Si buscas la verdad, encontrarás la humildad.
Esta semana te toca una tarea difícil pero necesaria:
Comprométete a decir la verdad. O, al menos, no mientas.
Lo importante es el siguiente paso: A lo largo de los días verás que hay momentos en los que estarás tentado de decir una mentira, ya sea premeditada o por inercia. No permitas que esas palabras salgan de tu boca.
Apunta cada una de las situaciones y medita la razón que te lleva a querer mentir en esa situación.
¿Por qué lo haces?
¿Qué esperas conseguir con eso?
¿Ha valido la pena hasta ahora?
¿Te has metido en problemas a raíz de alguna de esas mentiras?
Como siempre, preguntas difíciles pero necesarias. Y solo servirán si, mientras las respondes, te dices la verdad 😉
LA GUERRA DEL ARTE
Steven Pressfield
Sin duda, uno de los libros que más me ha influido positivamente en los últimos años. Tanto es así que lo he comprado y regalado en 6 ocasiones distintas. En sus menos de 200 páginas, Pressfield crea una obra digna de ser releída frecuentemente, para que sus enseñanzas no se alejen demasiado de nuestra mente.
No es un libro al uso.
No tiene una historia.
Es una colección de capítulos breves que se encargan, página tras página, de darte tortazos de realidad y llamadas a la acción por partes iguales. Es un libro muy recomendado para cualquiera que tenga inquietudes creativas, sean las que sean, y que sirve para desbloquear a la persona que sabes que puedes ser, pero que no acabas de asentar en tu interior.
Pressfield define ese obstáculo, esa distancia entre tu yo actual y tu yo creativo, con el nombre de Resistencia, y ese es el principal enemigo que este libro te ayudará a combatir.
La obra se divide en 3 libros.
El primero se llama Resistencia: definiendo al enemigo.
El segundo, Combatiendo la Resistencia: convertirse en un profesional.
El tercero y último, Más allá de la Resistencia: el mundo superior.
Sin duda, los dos primeros libros son los verdaderamente importantes y donde está, en mi opinión, el auténtico jugo. El tercero se vuelve algo esotérico para mi gusto, aunque no deja de tener algunas páginas que son auténticas joyas (como la página 140, que es increíble).
Algunas frases destacadas del libro:
«La Resistencia es la fuerza más tóxica del planeta. Deforma el espíritu, nos paraliza y nos hace menos de lo que somos y estamos destinados a ser.»
«Una cosa es estudiar la guerra y otra vivir la vida del guerrero.»
«El profesional respeta la Resistencia. Sabe que si cede hoy, sin importar lo creíble que sea el pretexto, mañana será el doble de propenso a ceder.»
«No existe ningún misterio en convertirse en un profesional. Es una decisión tomada a través de un acto de voluntad. Nos hacemos a la idea de vernos como profesionales y lo hacemos. Así de fácil.»
MI RECOMENDACIÓN.
Si eres una persona que quiere emprender algún proyecto o tiene aspiraciones creativas/artísticas (lo suficiente como para llevarlo al siguiente nivel) este libro probablemente te dará un toque para que te pongas en marcha y te dejes de tanto pensar. Lo hizo conmigo. Y lo sigue haciendo cada vez que lo releo, algo que hago cada pocos meses.
Este vídeo ya lo compartí por la newsletter hace muchos meses, pero somos varios miles más desde entonces, por lo que creo que puede ser interesante volverlo a poner. Es fantástico y es un vídeo que vuelvo a mirar de vez en cuando y nunca me defrauda.
¿Has visto la película «Del Revés» de Pixar? Pues si yo llego a estar entre el público cuando Rick Rigsby hizo este discurso se me habría creado un Recuerdo Esencial a partir de esa experiencia, un recuerdo que habría influenciado profundamente mi manera de entender la vida y desenvolverme en ella, estoy convencido.
De los mejores discursos que he escuchado. Por el mensaje que da y por la verdad que se entrevé en su mirada y sus palabras. 10 minutos increíbles.
PD: Si no has visto Del Revés, te la recomiendo. Verás una gran película y además entenderás la referencia 😉
Normalmente no soy muy fan de las versiones de las canciones. Me suelen gustar más las originales en un 95% de las ocasiones.
Pero si hay una que supera con creces la original (y eso que la original ya es un temazo increíble) es The Sound of Silence de Disturbed. La original es de Simon and Garfunkel, pero es que esta versión me pone los pelos de punta de una manera que cuesta de explicar.
Casi mil millones de reproducciones en 7 años probablemente ponen esta versión como uno de los mejores covers de la historia.
Soy una persona a la que la música le genera muchas más emociones de lo normal, pero os invito a que os pongáis unos cascos (como siempre), subáis el volumen y le deis al play.
La experiencia es…increíble.
PREGUNTA:
Víctor ¿Hace falta pedir perdón si con tus actos lo estás intentando corregir?
RESPUESTA:
El tema del perdón es peliagudo, pero es necesario encararlo con la mirada al frente, con valentía y, sobre todo, con humildad.
Una disculpa adecuada se basa en 3 puntos:
1) Pedir disculpas de forma sincera.
2) Intentar arreglar o enmendar tu error.
3) Comprometerte a no volver a actuar a la misma manera.
Por lo tanto, en mi opinión los 3 pasos deben estar presentes para que la disculpa sea lo más completa posible y tenga el mayor efecto posible.
Si pides perdón pero no intentas arreglar un carajo, son palabras vacías.
Si pides perdón e intentas arreglar el desaguisado en la medida de lo posible (hay veces que no puedes hacer nada y tienes que apechugar con lo que has hecho) pero lo repites constantemente, pues tampoco sirve de mucho y la gente acabará harta de ti.
Si pides perdón y no lo vuelves a hacer pero no intentas arreglar el lío que has causado, muchas heridas quedarán abiertas y podrás parecer falto de empatía.
Y si no pides perdón pero actúas adecuadamente, probablemente parecerás un engreído.
Esto lo digo porque a mí me pasaba esto hace tiempo y así es como me percibían los demás. Alguien demasiado orgulloso para mostrarse vulnerable y humilde. Para aceptar plenamente las consecuencias de sus acciones.
Sabía que la había cagado, pero no quería pedir perdón porque para mí era reconocer abiertamente y delante de otra persona que la había cagado. Y mi ego y mi orgullo me lo impedía. Quería solucionar el problema, pero sin hacerlo demasiado evidente. Sin tener que (tal y como lo veía en esa época) bajarme los pantalones e incluso enfrentarme directamente con la persona a la que había herido.
Quería hacer lo correcto, pero sin hacerlo del todo correcto.
Intentando escabullirme de alguna manera de parte de la responsabilidad de lo que había hecho.
Tal vez te pase a ti también eso.
Aquí hay varias preguntas a hacerte:
¿Por qué no quieres disculparte abiertamente?
¿Qué es lo que te está frenando?
¿Crees que parecerás más «débil» por ello?
¿Qué ocurriría si otra persona actuara conmigo de la misma manera que lo hago yo?
¿Me parecería correcto?
Sinceramente no sé qué es lo que te impide hacerlo, pero si piensas un poco en la otra persona podrás ver que una disculpa sincera y directa es uno de los mejores bálsamos que existen. Luego hay que acompañarlo de acciones, pero no infravalores el poder de las palabras en las demás personas.
Espero haberte ayudado.