«La grandeza nace de pequeños comienzos»

Bienvenido a La Hermandad, la newsletter de Fitness Real.

Una newsletter dedicada exclusivamente a ayudarte a alcanzar la persona que sabes que puedes llegar a ser.

Espero que la disfrutes, que aprendas y que luego lo pongas en práctica.
Y gracias de corazón por estar ahí una semana más.

¡Empezamos!

La reflexión de esta semana está directamente sacada de uno de los capítulos de mi último libro, «Atrévete a ser más«. Y creo que es uno de los capítulos más importantes de la obra. Trata sobre la confianza en uno mismo. Algo indispensable para vivir con plenitud.

¡Vamos a ello!

A lo largo de tu vida habrá muchas personas que dudarán de ti.
Tenlo por seguro.
Solo te pido que hagas todo lo posible para no ser una de ellas.

El camino del crecimiento personal está lleno de gente que te cuestionará por mil razones distintas.

Tal vez el hecho de que estés avanzando hacia tus objetivos y hacia la persona que quieres ser pone de manifiesto que ellos no están haciendo nada con su vida.

Tu progreso puede ser un espejo en el que se vean reflejados y no les guste lo que ven.

Quizá te cuestionen porque quieren que estés bien pero nunca mejor que ellos, o porque, cuando tú cambias, en el fondo estás forzando un cambio en ellos: en la manera en la que te perciben e interactúan contigo o en las dinámicas que tenían con tu versión anterior y que ya les parecían bien.

Les genera incomodidad que de pronto dejes de ser la persona con la que ellos te identifican. Que tú seas diferente implica que parte de su vida pase a ser diferente. Y a pocas personas les gustan los cambios; menos aún cuando son forzados desde fuera.

Debes estar preparado para ello.

Tienes que entender que estas dinámicas ocurrirán con toda seguridad, y has de tener la mente fuerte y acorazada para que, llegado el momento, sigas el camino que te has marcado y no te dejes influenciar por las personas que, ante todo por su comodidad, quieren que sigas siendo el mismo de siempre y que no escapes de la caja mental en la que te han metido.

Esto me ha pasado varias veces a lo largo de los años, y una de ellas me marcó de manera particular.

La historia que te voy a explicar se remonta a principios de 2018, y es un claro ejemplo de que si confías en ti mismo, en tus capacidades, respondes a tu llamada interior y eres fiel a tus valores y principios, la vida puede apartarse para mostrarte el camino que debes seguir. El camino que estabas buscando.

En esa época estaban en auge los eventos presenciales, y dos compañeros del sector de la nutrición y el entrenamiento y yo decidimos organizar uno en Barcelona. Por aquel entonces llevaba ya unos meses con serias dudas sobre si la línea de divulgación que seguía con Fitness Real, centrada solo en la nutrición y el entrenamiento, aún tenía sentido.

Llevaba un tiempo aventurándome a divulgar sobre mentalidad, desarrollo personal, gestión del estrés, hábitos, descanso, uso y relación con las redes sociales, establecer prioridades, asumir responsabilidades, disciplina…

Temas que hoy todo el mundo asocia con mi marca y que forman parte de esas «dosis de realidad» que se han convertido en signo distintivo de mi proyecto, pero que por aquel entonces todavía era un terreno del todo desconocido para mí.

No sabía si ese cambio tendría buena aceptación entre mis seguidores, pero decidí hacerle caso a mi instinto, porque todo ese campo de conocimiento inexplorado hasta entonces que se abría ante mí me apasionaba tanto como la nutrición deportiva y el entrenamiento de fuerza e hipertrofia en mis inicios.

Estábamos reunidos con los otros dos divulgadores decidiendo qué temario íbamos a tratar en la charla y cómo lo íbamos a repartir cuando uno de ellos dijo: «¿Qué os parece si yo me encargo de la nutrición y pérdida de grasa y tú (el otro divulgador) hablas de nutrición y ganancia de masa muscular? Y tú, Víctor, haz… no sé, eso de las redes sociales o algo».

«Eso de las redes sociales o algo».

Me sentó como un tiro.

Desconozco si fue a propósito, pero el desdén con el que lo dijo me dejó descolocado por completo. El tono que usó fue como si me hubiera dicho :«Tú habla de esas chorradas que te gustan a ti. Nosotros nos encargamos de lo que importa de verdad».

Me sentí como si fuera un telonero. Y no solo eso, sino que me dio la sensación de que ellos, a cierto nivel, también lo pensaban. Estuve dudando en serio si mi parte tenía sentido. Si mi presencia en ese evento era relevante o no.

Pero ¿sabes qué hice? Pues hablé de las «redes sociales o algo».
¿Y sabes qué ocurrió? Que a la gente le encantó, y el feedback que recibí al acabar el evento fue increíble.

De hecho, algunos me dijeron que fue la mejor parte, porque todo lo demás ya lo habían oído decenas de veces y lo mío fue una auténtica novedad muy necesaria. Ese día me convencí de que seguir por ese camino era la decisión adecuada. Puedo decir que, en perspectiva, fue uno de esos momentos que marcó un antes y un después.

Sé que estoy por el buen camino.
Sé que estoy haciendo lo que resuena de verdad conmigo y que está ayudando a mucha gente.
Y sé que me siento satisfecho y pleno haciéndolo.

Si hubiera hecho caso a las personas que dudaban de mí (entre ellas, yo), quizá no me hallaría aquí ahora, esta newsletter no existiría, tampoco mi libro «Atrévete a ser más» y estaría mucho menos realizado profesional y personalmente.

La duda y la indecisión matan más sueños que el fracaso.
No lo olvides.

Esta semana ahonda un poco en tu pasado.

Piensa en aquella vez (o veces) que permitiste que las dudas de los demás hicieran mella en tu interior. Y que dejaras de intentar aquello que deseabas hacer en tu vida.

¿Cómo te sentiste?
¿Por qué lo hiciste?
¿Lo harías diferente ahora?

Y ahora céntrate en tu presente.

¿Vas a dejar que el miedo guíe tu vida a partir de ahora?
¿Vas a aceptar la derrota antes de intentarlo siquiera?
¿Vas a conformarte con menos de lo que sabes que puedes dar?
¿Vas a creerte las opiniones de los demás y aceptarlas como una verdad?

En tu mano está tomar la decisión que lleva a una vida bien vivida.

Beast In Black es uno de estos grupos que se han ido haciendo un hueco en mi corazón en los últimos meses. No solo a mí, sino que mi hija mayor los adora y me pide que pongamos sus canciones en el coche.

Además, son fanáticos de Berserk y muchas de sus canciones tienen claras referencias a esta obra maestra.

«No Surrender» es una de sus mejores canciones. Y la favorita de mi hija.

He encontrado un vídeo de la canción con una de mis imágenes favoritas de Guts (el protagonista de Berserk) de fondo, y además con la letra en castellano, porque la canción es increíble, pero la letra es acojonante.

Disfrutadla ^^

Esta semana ha sido una autentica gozada leer todas las respuestas que me habéis enviado a la pregunta que os hice la semana pasada.

Por si no leísteis la newsletter de la semana pasada, os pedí que escribierais 3 cosas que os encantaban de vosotros mismos.

Es importante ser capaz de reconocer lo bueno que hay en cada uno de nosotros.
De lo contrario, hay un problema importante a nivel de autoestima.
O de falsa humildad, que es peor todavía.

Iván, por ejemplo, escribía: «Desde hace muchísimo tiempo (y en parte gracias a tu influencia) no digo mentiras ni me miento a mí mismo. Tengo claro que tenemos que afrontar la verdad y la realidad por muy dura que sea. Y creo que he estado a la altura«.

María respondía: «Soy muy disciplinada. He hecho de la disciplina la regla que marca mi vida, y la verdad, me siento segura, cómoda y serena sabiendo lo que tengo que hacer y en qué momento. Tanto en el ámbito personal: alimentación, deporte, buenos hábitos mentales como en el ámbito laboral«.

Gabriela decía: «A base de golpes he aprendido a respetarme y a poner límites. Eso significa hablar las cosas antes de que la situación se vuelva insostenible, aprender a expresarme mejor y ser clara con lo que quiero en mi vida y lo que no. Sigo trabajando en ello, pero siento que respetándome a mí es como mejor respeto a los demás también«.

Mil gracias a todos por las respuestas.

La pregunta que os planteo esta semana está ligada a la reflexión de la newsletter de la semana que viene. Y es una pregunta que no es fácil de responder, pero es necesario hacerlo para no perder tiempo, dinero, energía y salud innecesariamente.

La pregunta de esta semana es:

¿Qué es para ti el éxito?

¡Con ganas de leer vuestras respuestas, como siempre!

Puedes responder a la pregunta aquí.

La semana pasada un colega me envió este vídeo diciéndome «te va a gustar». Y efectivamente, me gustó mucho.

Básicamente porque lo que se dice en él está muy en línea del mensaje que yo estoy intentando dar constantemente:

– No te fíes ni dependas excesivamente de la motivación.
– La disciplina es mucho mejor aliada para lograr tus objetivos.
– Cada meta que anhelas tiene un precio asociado.
– Debes estar dispuesto a pagarlo o hacer las paces y olvidarte de lo que dices que quieres.
– Cuanto más ambicioso sea lo que quieres lograr, mayor será el precio a pagar.
– La responsabilidad que tienes para ti mismo es uno de los pilares sobre los que se sustenta una buena autoestima y una vida con significado.

Lo dicho, vídeo muy recomendado.
Sin tonterías y con unas buenas bofetadas de realidad.

Espero que os guste.

PREGUNTA:
Víctor ¿Presuponer que las cosas van a salir mal afecta a nuestra forma de ser/ pensamientos/actitud? ¿Hay solución?

RESPUESTA:
Por descontado que afecta.
Muchísimo.
No te haces una idea.

Si eres de los que cree que todo va a salir mal, cada recoveco de tu ser se verá afectado negativamente por ello. Y te lo digo por experiencia, porque yo era así.

Un auténtico pesimista.
Un auténtico cenizo.

Y te reto a encontrar una persona pesimista con el que quieras estar a su lado un buen rato. A uno con buena actitud. Con buenos pensamientos en su cabeza. Con buenas palabras saliendo de su boca. No los hay. 

Vale, entonces teniendo en cuenta que el pesimismo nos afecta sobremanera y que no es algo que queramos tener dentro…¿Cuál es la solución? 

Mucha gente cree que el remedio al pesimismo es el optimismo, pero en mi opinión no es correcto. Porque a un optimista le falla es un ingrediente crucial: el realismo.

El optimista vive en una especie de burbuja, en la que «al final todo saldrá bien». Y tan malo es creer que todo saldrá mal como que todo saldrá bien. Ambas posturas no tienen los pies en el suelo.

El remedio al pesimismo se llama positivismo.

Como decía Joan Gallardo en su libro «Nunca renuncies a ser feliz», el optimista cree que todo lo que vendrá será bueno. El positivo cree que de todo se puede sacar algo bueno. Hay una gran diferencia ahí ¿verdad?

La solución que te ofrezco para salir del pesimismo es que cambies un pedazo de tu planteamiento.
Presuponer que las cosas VAN A salir mal te hunde.
Presuponer que las cosas PUEDEN salir mal te fortalece.
Y saber que, aunque puedan salir mal, estarás bien…te blinda. 

Tienes que entender que la vida no es justa. Y a veces te dará unas cuantas bofetadas de realidad y te mandará un buen puñado de mierda en tu dirección, la quieras o no. La merezcas o no. La aceptes o no.

Ser plenamente consciente de esta posibilidad es una gran ventaja, créeme.
Y la actitud con la que decides encarar esa inevitabilidad de la vida, también.

Cuando suceden cosas malas que ni siquiera te habías planteado que podían ocurrirte…la hostia que te llevas es tan grande que te puede dejar tendido en el suelo e incapaz de levantarte. Es como cuando te dan un puñetazo por la espalda.

Sin embargo, cuando sabes y aceptas que hay la posibilidad de que ocurra, estás prevenido.
Estás alerta.
Estás preparado.

Es lo que los estoicos llamaban visualización negativa, y tenía como finalidad crear una serenidad, una aceptación y una preparación para el peor de los casos.

Hay cosas que puedes controlar.
Otras que no.
Que algo pueda salir mal entra en la segunda categoría. Hay mil cosas que pueden suceder y que te pueden joder los planes. Y aceptar esa parte de la vida es necesaria para vivir en paz. Porque entonces te quitas lastra y puedes focalizarte en hacer todo lo que está en tu mano hacer.

Y luego aceptar que la vida va por donde va.
Pero tú lo has dado todo, y cuando esta es tu actitud…estarás en paz ocurra lo que ocurra.

Espera lo mejor.
Prepárate para lo peor.

No hay semana que no reciba preguntas sobre la dieta cetogénica y las dietas bajas en carbohidratos en general. Lamentablemente aún hay mucho miedo a un nutriente, y eso significa que en el sector de la nutrición se está haciendo un trabajo horrible a la hora de divulgar con rigor y objetividad.

He compartido muchísimas veces mi artículo sobre esta dieta, tanto por la newsletter como por mi Instagram, pero hoy me gustaría hablar de los carbohidratos no solo a nivel de estética, si no a nivel de rendimiento. 

Y lo haré con un caso práctico de una de nuestras clientas.


Enma
nos contrató con el objetivo de perder grasa, y tomamos la decisión de posponer ese objetivo inicialmente, y le explicamos la razón: cuando empezó a trabajar con nosotros estaba comiendo muy pocos carbohidratos, algo frecuente en el Crossfit (qué es el deporte que ella practica) y no muchas calorías, pero aún así no conseguía bajar de peso. 

Eso es una mala señal, ya que el cuerpo tiende a protegerse ante protocolos muy agresivos o restricciones prolongadas en el tiempo. Eso es lo que estaba ocurriendo en este caso.

Empezamos un proceso de reconstrucción metabólica, que básicamente significa ir subiendo las calorías (principalmente con carbohidratos) poco a poco, semana a semana. De esta manera, el cuerpo se reactiva y empieza a gastar más de lo que hacía, ya que se nota que no está en reserva.

Los entrenamientos se potenciaron, el rendimiento subió, la saciedad aumentó y sus sensaciones mejoraron drásticamente. Cuando comes más, te sientes mejor. Y en el caso de un deporte demandante como el Crossfit, cuantos más carbohidratos consumes…generalmente te notas más fuerte y te recuperas mejor.

Un indicativo de que esto se hizo bien es que a pesar de subir unas 400 calorías diarias y más 100 gramos de carbohidratos respecto lo que venía haciendo, su peso no aumentó. Ahí es cuando decidimos empezar a bajar, y lo que antes le hacía ganar peso, ahora le hacía perderlo.

Asimilaba mucho mejor los carbohidratos y eso se notaba enormemente en el rendimiento. Hoy en día Enma come más del doble de carbohidratos de los que comía antes, pesa menos, su porcentaje de grasa se ha reducido ligeramente y su rendimiento en el Crossfit ha mejorado mucho, llegando a competir a buen nivel.

¿Quiere decir esto que todo el mundo debe consumir carbohidratos al fallo?
No, quiere decir que el contexto es importante. Y, sobre todo, que los carbohidratos no son el enemigo. Son un gran aliado para determinados objetivos, y se pueden incluir perfectamente en casi todos los sujetos, siempre que esté todo planteado acorde a su situación y necesidades.

Si hay gente que te sigue diciendo que los carbohidratos son el mal y que todo el mundo debe huir de ellos…tal vez el que deberías huir eres tú. De la persona que te dice esas perogrulladas.

¿Quieres que te ayudemos a alcanzar tus objetivos?
Contáctanos y nos pondremos manos a la obra. 

«El que no sabe lo que busca no entiende lo que encuentra».
Claude Bernard
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Publicado el 5 de octubre de 2023Categorías: La Hermandad0 Comentarios on LA HERMANDAD – 5 de Octubre de 2023

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Sobre el autor: Víctor

Me llamo Víctor y soy el creador de fitnessreal.es Llevo más de 12 años en el gimnasio y si de algo me he dado cuenta es que en el mundo del gimnasio y la nutrición lo que más abunda es la desinformación y los mitos absurdos. Por eso creé Fitness Real, para ayudar a la mayor cantidad de gente posible a no cometer todos los errores que yo sí he cometido y hacer más sencillo y gratificante un camino de por sí plagado obstáculos y sacrificios, pero aún así increíble y lleno de satisfacciones.

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